Habia un chaval trabajando en una fabrica de perfumes de alta gama, el chaval se pasaba ocho horas diarias oliendo esas fragancias (hospital de toledo), cuando terminaba su horario de trabajo, al estar tan saturado de olores tan buenos, les decia a sus compañeros: La hostia, tios traerme una mierda.
Pues eso, prefiero tener el hospital al lado de mi casa y si a ti te parece una mierda, no cambies tu tarjeta, nadie te obliga.