Como muchos podréis comprobar, la calle Hércules está verdaderamente minada con excrementos de perro, muy especialmente las aceras.
Obviamente, los animales -pobrecitos- no son responsables de ello, sino sus dueños, que se amparan en la oscuridad para no recoger los desechos de sus mascotas.
Os recuerdo que hay un colectivo de minusválidos que ya encuentra suficientemente difícil desplazarse por la urbanización, como para además tener que andar sorteando este tipo de suciedad.
Desde nuestras ventanas podemos ver perfectamente a los citados perros haciendo sus necesidades y a sus dueños pasando de recogerlas.
Apelamos al sentido cívico de los dueños para que abandonen este comportamiento. De lo contrario, ya sabéis que esta actitud es denunciable y multable.
Esperemos no tener que llegar a ello.
Saludos y buen vecindario.