Mi estimada vecina, no sé, pero tengo la impresión, que aún enfadada, recien levantada, con sueño y cayendo chuzos de punta, no dejarás de ser agradable. Somos como somos y no podemos cambiar. Y lo peor es, que alguno no lo intentan porque se consideran siempre en posesión de lo absoluto.. Tú no intentes cambiar, pues si reconoces que hay días amargos, tu dulzura lo atenúa.
Un betito com permiso de tu pareja.