Intentar explicar el triunfo inesperado de PODEMOS en las urnas de las recientes elecciones europeas, nos lleva a la necesidad de analizar el momento político en el que nos encontramos, para poder entender cuáles han sido las causas que han originado un triunfo inesperado, incluso, por sus propios protagonistas, desafiando todo tipo de pronósticos. Lo que no cabe ningún tipo de duda es que el surgimiento de PODEMOS debe considerarse como una seria llamada de atención a todos los partidos políticos por parte de la ciudadanía, que está cansada de ver cómo de manera sistemática se la ignora y se la silencia. Una ciudadanía sometida a una crisis económica y de valores que les ha llevado a trasladar ese desencanto en las urnas. PODEMOS es un repudio a la clase política (me gusta más que casta), demandando un cambio radical del sistema y a una corrupción institucionalizada.
Basado en un discurso radical de izquierdas, y con una base más teórica que práctica, mucha ideología y todavía más demagogia, ha sido lo que ha favorecido que ese voto del desencanto se haya visto seducido por esas bellas frases, cuan cantos de sirena. La utopía nos seduce a todos.
Desde el punto de vista del discurso ideológico, es cierto que es más fácil defender una ideología de izquierdas con medidas populistas frente a medidas de contención del gasto público y liberalización de los mercados.
Ahora bien, la cuestión se debe centrar en hacer reflexión moral por parte de la clase política, porque algo se está haciendo mal desde hace tiempo, porque los intereses de la mayoría no se gestionan como se viene haciendo hasta ahora . Porque legalidad y legitimidad deben ir de la mano. Porque la clase política puede gobernar porque ha ganado en las urnas (legalidad), pero hará que se mantenga en el poder siempre que exista un buen gobierno (legitimidad). Porque deben ser responsables de sus actos, los cuales se presuponen que deben ampararse en la legalidad y la legitimidad, y no deben quedar exentos de responsabilidades políticas y legales. Porque todos deben ser responsables, sin aforamientos. Así, empezaremos a recuperar el encanto perdido.
Centrándonos ahora en el contexto económico y social, nos vemos engullidos por una crisis económica profunda, un alto nivel de paro con una perspectiva a medio plazo de difícil recuperación, precarización del trabajo, una escasa industria de producción, un Estado del Bienestar en riesgo, sometido a medidas de adelgazamiento, que en muchas ocasiones son medidas de eficiencia económica (lo cual no es malo, porque ser eficiente es hacer lo mismo, pero con menor coste, lo cual, desde mi posición de ciudadana, lo apoyo). Dicen que las crisis son buenas, porque llevan implícito un profundo cambio en la manera de hacer las cosas. Una catarsis del sistema. Porque la historia nos lo ha demuestrado continuamente.
En lo que discrepo rotundamente es en ese rencor social hacia "el que tiene más" que subyace continuamente en el mensaje que traslada su líder Pablo Iglesias Turrión. Un mensaje lleno de topicazos recurrentes que repite hasta la saciedad, extremadamente político y poco económico, alusiones reiteradas a la historia pasada de España de hace más de 60 años, terminología racista (ADN, casta, lúmpenes), apoyo a regímenes dictatoriales de los cuales ha recibido más de 300.000 € en dos años a través del Centro de Estudios de la Fac. de CC. Políticas que dirige, y apología de la violencia.
No quisiera finalizar este pequeño texto (y que, espero, sea el inicio de algo más), con un párrafo que he extraído de mi biblioteca personal, de un texto de Juan Carlos Monedero, número 2 de PODEMOS, al cual conozco desde hace años por circunstancias personales, y con el que he mantenido algún contacto dialéctico en las redes en los años recientes:
"Y nuevas formas de populismo siempre están dispuestas para organizar en forma de barbarie la desazón de la ciudadanía, especialmente a los más jóvenes".
...curioso, porque PODEMOS es un partido político que ha conseguido organizar esa desazón de la ciudadanía, especialmente la de los jóvenes. Dicho párrafo es de hace casi 20 años. Así llegó al poder el partido nacionalsocialista en Alemania: ganando unas elecciones de una población descontenta.
Gracias, PODEMOS, por despertar de nuevo el gusanillo de la política que llevo dentro. Aunque no comparto ni las formas ni el fondo... yo también tengo conciencia social. Ambos queremos curar esta enfermadad, pero las recetas para solucionarlo son distintas.