EL DIARIO DE BRIDGET JHONES
¿Por qué mi vida es un desastre desde que entré en el Pau?
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Mi vida es un desastre. Ya sé que no es la mejor forma de comenzar un diario, pero desde hace cuatro meses ya no soy igual y todo ha cambiado mucho a mi alrededor. Mi vida es muy triste y a veces pienso que el mundo se cierne sobre mi.
Antes regresaba del trabajo a casa y como dice el anuncio: ”Ecco...” Al llegar a casa un capuccino, pero ahora no. Incluso he dejado a mis amigos y hasta mi familia ha cambiado.
Y todo fue desde aquel día que entramos en el Pau. Nos encerramos en nuestra casa y ya ni siquiera voy a la peluquería. Mi peluquera no me saluda y me mira mal. Y es que no tengo tiempo ni para peinarme. De lavarme sí. Eso si Fadesa no nos corta el agua como esos dos días que estuvimos sin una gota, pero ellos me dijeron que fue el canal ..., el de la Mancha...,de la mancha que nos hizo en el aseo de la planta baja por una gotera. Pero la culpa no fue de FADESA, la marca de tu casa. La tuve yo que entramos en nuestro dulce hogar sin agua caliente en la columna de hidromasaje. Y así, pasaron los días y hasta un mes y medio hasta que vinieron a nuestra casa ante mis insistentes llamadas, desmontaron la columna y..., llegó el agua caliente...que si llegó...,llegó hasta la planta baja. Allí tenemos la gran marca de la casa que es FADESA, pero esto que cuento en mi diario no es todo negativo, pues tiene su parte buena. Desde entonces nuestra familia ha crecido. Así conocimos a Roberto. Es uno más de la familia.Cuando mi marido llega a casa, lo primero que le digo es eso de :¿has visto a Roberto? , ¿qué te dijo Roberto?, Roberto me dijo...
Roberto ha hecho y hace todo lo posible para que no nos vengamos a bajo nosotros y la casa ,claro.
Cada día descubro algo nuevo desde que estoy aquí. Me decían mis padres que no me comprará un chalet que era mucho trabajo, siempre haciendo cosas, mejoras...,”no me joras!, como decía el tonto del pueblo” y que razón tenían. Lo que no saben es que todavía no hemos hecho mejoras sino que seguimos parcheando, seguimos sin arrancar.
Y mis vecinos! Os voy a contar de mis vecinos porque un diario sin vecinos o una vida sin vecinos no sería lo mismo. Al principio, hablamos con unos, con otros, sobre todo con los primeros que vinieron y nos daban pena cuando nos contaban sus vidas tan tristes, que si se caían las lámparas, lámparas colgando de los garajes, (desde lo del Posterguéis no escuchaba cosa igual), que si los muros se asentaban, que si fue un escenario de la guerra, que las paredes se agrietaban, que las puertas se estallaban con el calor, que los ruidos de la noche, el aire que entraba por la cocina sonaba y tronaba como salido de la casa de Norman Beis... ,ya veis.
Llegué a pensar que estaba rodeado de gente misteriosa y hablé con FADESA de todos estos fenómenos y me calmaron porque me dijeron que siempre hay gente alarmista y que no nos dejemos contagiar por ese pesimismo o ese espíritu rebelde que intenta sublevarse o amotinarse.
Y me fui a casa contento, tranquilizado, pero cayó la noche y pude oír esos ruidos, puertas que aparecían rotas...,quise tranquilizarme, pero al día siguiente el store de una habitación se cayó al suelo y mi suegro me comentó que había que meterle un taco del 3..., ni del trece porque al día siguiente el store volvía a estar en el suelo. Mi suegro le metió un taco del 5... y ya sabéis lo que se dice en estos casos en los que aparece el número 5.En efecto, volvió a caerse el store. Empecé a tirar la toalla.
Mis vecinos me decían :Ven a dar un paseo para que veas lo que le ha pasado a otro vecino!
Y yo pensaba: - eso le dijeron al pobre de Federico García Lorca, ven a dar un paseo y nunca regresó ; pero yo regresaba, pero desanimada. Desde aquel día pensé que el problema estaba en la manzana en la que vivíamos y decidimos salir a pasear más lejos. Y en qué hora, volvíamos más deprimidos y más cansados de más caminar. Vimos chalets descalzados, vallas metálicas vencidas por la arena del vecino (verán con las lluvias), calles sin alcantarillas y al ras de los garajes, falsas alcantarillas para cuando hagan la depuradora, arquetas de medio metro que recogen a diferentes niveles las aguas fecales de ambos vecinos (ya saldrán esas aguas por el retrete o urinario de la casa con el desagüe más bajo cuando se llene), hormigón sobrante echado por encima, y lo peor de todo, lo prohibido, descubrí lo prohibido, lo ilegal, descubrí que han mezclado las aguas fecales con las pluviales. En mis tiempos cuando estudiaba, esto no era así. ¿Ha cambiado la normativa el Ayuntamiento?. Mi vida es un desastre. Anda que si no lo sabe el concejal. Me da cosa decírselo que luego me dicen chivata.
Y poco a poco hemos vivido estos tres meses descubriendo que las aguas de los patios caen a las profundidades de mi chalet...y del tuyo vecino..., así que no te rías tanto. Tubos de drenaje. Así, los llaman. Eso sí, aprendes como otro idioma, que si arqueta, poliespan, caldera estanca de condensación, mallazo..., y hoy me han dicho otra, pero no me acuerdo
Y lo peor de todo os voy a contar un secreto. Tengo las aguas fecales mías y de mi vecino.
A ver , no se las he mangado, joder, ¿para qué iba a querer eso? Es la marca de tu casa. Eso es, Fadesa. Fadesa me las ha metido. Esto ya huele y nunca mejor dicho.
Os voy a contar algo bueno. Mi chalet tiene piscina y es un adosado. Bueno, no exactamente, es una laguna o como la película, un estanque dorado. Eso habrá levantado ampollas entre los vecinos, seguro. Pues no, es el desnivel de la carretera que tiene tal inclinación que cuando caen cuatro gotas se inunda tanto que rebasa el bordillo, pero Fadesa me dijo que cuando pasen más a menudo los coches por el centro de la calle se nivelará todo, todo, todo, todo. Efectivamente, “la vida es bella”, amigos lectores.
Además, todos los vecinos nos estamos volviendo muy antipaticos. Mi vecina ya no me dice buenos días. Cuando me ve lo primero que me dice es: “ Vaya la que te han hecho ahí!”
Claro que yo no me quedo atrás y la respondo”: ya te han colocado la lámpara”
En fin, los tiempos cambian y hay que seguir, pero ya no volveremos a beber ese agua del grifo de Aranjuez que tan buena sabía.
Ahora mi familia y yo saldremos de esta triste vida. Incluso ahora creemos en Papá Noel que para nosotros es Isidro porque cuando llego del trabajo a casa mi marido viene a mi contento y me repite eso de: “!!!Ha venido Isidro, ha venido Isidro”.
Esta es mi vida, amigos, tan real como desgraciada,sin teléfono,sin cartero,sin recogida de basuras, pero échale una sonrisa o habrás perdido la ilusión y 40 o 50 millones de pesetas que costaron todas estas risas..
En fin, montaré una tienda en el Pau de bricolaje con mi apellido: Brico JHONES.