No entiendo nada. hace 6 ó 7 años nos apuntamos a una cooperativa y empezamos a meter pasta para unas viviendas que no sabíamos ni dónde estarían, ni cómo serían, ni cuándo nos las darían, ni siquiera cuánto costarían. La única manera de aceptar esto era confiar en los gestores, exigiendo, eso sí, ciertos mecanismos y garantías de control.
Entre tanto, TAU ha tenido innumerables vías de timarnos, para empezar con la intermediación en el suelo y los acuerdos de intercambio de parcelas. De ello no tenemos ninguna visibilidad, por lo que no creo que nadie pueda afirmar que no se hayan forrado con ello. La única manera de aceptar esta situación es confiando en los gestores. Tampoco me caben muchas dudas de que ha habido decisiones que no me han favorecido, como aumentar el número de socios: en mi caso, que tenía un número bajo, seguro que me habría repercutido un coste menor del suelo y posiblemente tendría una vivienda de más m2 de no haber aumentado el número de socios.
Ahora surge lo de los locales. Cuando yo, como todos, elegí vivienda, no lo hice por tener o no derechos sobre los locales, cosa que, por lo demás, no sabía. Confiaba que los presupuestos que me daban estaban bien hechos y que los costes pactados con la constructora y los ingresos previstos, por locales o plazas, estarían bien estimados. De nuevo, no me quedaba más remedio que confiar algo en la gestora y en los socios que sacrificaban su tiempo para participar en los órganos rectores de la cooperativa.
Francamente, que en los costes de una vivienda elegida no se hayan incluido los costes de suelo y construcción de locales y los posibles beneficios de su venta no me parece que sea tan grave, más teniendo en cuenta que esta información estaba disponible para el que la hubiera buscado. Es más, si yo pudiera, bien a gusto cedía mis derechos sobre los locales a cambio de los 7500 euros que me va a tocar añadir al precio del piso si no se venden o la parte proporcional si se venden por menos de lo presupuestado.
A estas alturas, efectivamente, se puede impugnar casi todo: elección de viviendas, plazas de garaje, venta o alquiler de locales e información aportada, atribuciones de costes e ingresos... Puestos a defender sus derechos, me gustaría impugnar las compras y permutas de suelo y la admisión de nuevos socios. También tengo para mí que la solución dada a los de vivienda libre, a los que les tocó a todos la tipología de casa deseada y con más m2, fue a costa de que en el otro trozo de la C2B no hubiera casi viviendas de 4 dormitorios. A litigar, pues, que todos estos asuntos son mucho más graves que lo de los locales. Supongo que estarán muy contentos en el Colegio de Abogados