El problema no es que los vecinos entremos a ver cómo van los pisos, salvo que algún incívico hiciese algún desperfecto o alguien se lesionase o accidentase. Probablemente la familia a la que se hace referencia en un post anterior fuera la mía, y yo el primero. El problema está en que los avances vertiginosos que se han apreciado en el interior de los pisos -hablo del mío, en la A9, y es fácil progresar si se parte de la nada- han sido a base de chapuzas impresionantes. ¿Qué sentido tiene poner puertas rotas, radiadores abollados o rotos y que se desprenden de la pared arrancando parte de la misma, etc.- Las manchas de las goteras ahí siguen, se ponen puertas que se abren hacia el lado contrario del que deberían... Eso sin hablar de los radiadores montados sobre los cercos de las puertas o los bellísimos tubos recorriendo las cocinas, etc. O no haber aceptado la modificación del armario que se propuso, y que no les hubiera costado NADA hacer. Y en TAU cobrando y cruzados de brazos. Y ya han cerrado mi piso para que no siga viendo sus desaguisados, aunque les falta mogollón por hacer. En la A9, los pisos el siglo que viene.