Tenemos que presionar de alguna manera -inocentes de nosotros- para que entre los dos monstruos, TAU y FCC, nos cancelen TODAS las cargas que se montaron para gravar la parcela, es decir, otorgar la correspondiente escritura y su inscripción registral. Puede que cuando nos llegue el momento de cancelar nuestras respectivas hipotecas y poder dejar las viviendas limpias nos encontremos con alguna que otra sorpresita.
Por cierto, cómo es posible que dos entes de tal calibre hayan cometido tantos errores y se hayan tenido que comprar, vender y rectificar entre ellos tantas veces.