La trsite historia de Eustaquio
¿Cómo un señor gris se convirtió en un líder de comunidad?
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Este cuento empieza como tanto otros:
Había una vez un señor gris, un don nadie que pasaba por la vida desapercibido, con una vida triste y gris, un coche gris (en fin, todo gris) ; en su trabajo (si es que trabaja, porque es como una pesadilla, ya que siempre esta ahí) era uno más ; el problema era que no asumía que era uno de tantos en esta vida (un poco como todos quizá).
Sin embargo él deseaba no ser uno más, sino ser objeto de atención. Así, un buen día se compró un piso en una zona Residencial de la zona sur de la capital. (No voy a dar su nombre para no dar pistas, pero el lugar es real). En su nueva Comunidad decidió que no quería ser uno más, y decidió dejar de ser un señor gris, y empezar a tomar protagonismo y creer que no es uno más.
Un buen día, en una reunión anual de vecinos de esta comunidad, decidió (porque no), ocupar un cargo relevante en la misma, con la suerte de que fue elegido para un de ellos. Este pobre hombre, por fin alcanzaba su sueño de empezar a ser alguien, y no un anónimo más.
Pues bien, nuestro protagonista de esta historia, una vez tomado posesión de su cargo, comenzó a cambiar de gris a otro color más claro. (por ejemplo naranja). Descubrió que en su trabajo era un mandado, y en su comunidad creía que podía mandar (por eso se dice no sirvas a quien sirvió y no pidas a quien pidió). Con el paso de los meses, como ocurre con los políticos de turno, conoció a su amigo manolito, quien le espabiló en los menesteres del poder y un buen día, sentados ambos en esos bancos que instaló en los elementos comunes de esta comunidad para regocijo de su nuevo “estatus social” le dijo:
Esta Comunidad es muy grande y se puede hacer un buen negocio con ella ; (a imagen y semejanza de lo que en cualquier ámbito social se hace de forma habitual), Mira, dijo manolito, yo tengo una empresa de “todo en uno” (conserjes, limpieza, mantenimiento. Etc..) mi empresa se llama grosero-ofensa, SL). Vamos a cargarnos todos los servicios actuales y metemos a mi empresa en esta comunidad y tu te llevas tu parte y yo la mía.
Este señor que ya no es gris, sino naranja, con esta oferta empieza a ser blanco radiante. Ya hace de relaciones públicas y de no hablar con nadie, se le ve en todos los corrillos y comienza a desarrollar un don de gentes, auspiciado por su amigo Manolito, para llevar hasta el final sus planes. Entre otras cosas, se dedica a controlar todas y cada una de las empresas que trabajan para esta comunidad de forma agobiante, se le puede ver como si fuera dios en todas partes, etc…
La moraleja de este cuento es que en la próxima Junta, acordaros de esto, porque el espectáculo está servido.