Ahora estamos en disposición de comprobar quien tiene mejor voluntad en las dos partes implicadas en esta oscura historia que nos ha tocado vivir. La promotora quiere arreglar las cosas y el ayuntamiento, da la callada por respuesta. ¡Ay la política, la política! ¿Porqué será, que cuerdas le atan las manos para que no pueda llegar a un acuerdo para el bien de todos? Y me atrevo a decir, sobre todo para él, que es el que más arriesga. ¡Ay la poltrona, como gusta cuando uno se acomoda en ella! ¡Ay el poder, como ata las manos de quien lo ostenta! ¡Cuidado! el 40% de los compradores de La Cerca Nueva, van a vivir allí todo el año, se van a empadronar en Ituero y Lama y van a votar, ¡claro que van a votar! Y la lpo, tarde o temprano, con ganas o sin ellas, la van a tener que conceder, porque la ley nos ampara y somos muchos contra pocos. No vamos a tirar la toalla, aunque tengamos que esperar. Todo se acaba solucionando para aquellos a los que les sustenta la razón y la ley les apoya. Aquí habría que decir lo mismo que dijo Hamlet, en la obra del mismo nombre de Shakespeare. "ALGO HUELE A PODRIDO EN DINAMARCA" . Y esto está empezando a atufar.