Ayer oí en un telediario que promotores catalanes habían rebajado un 40% 2000 pisos que tenían a la venta. Yo no entiendo que las rencillas particulares se puedan llevar hasta ete punto ; al final todos pierden:
- uno va a quedar arruinado en su vejez
- otro denunciado, junto con su mujer y todo el consistorio
No me cabe en la cabeza que, con tal de no dar su brazo a torcer, prefieran salir perjudicados ellos mismos. Me recuerdan a dos toros que se dan de cornadas y que se empujan con los cuernos el uno al otro, pero ninguno cede. ¡Que espectáculo, Dios mío, (perdóname Padre porque no mereces que se te nombre en este asqueroso asunto)!
Y nosotros, desde la barrera, observando el espectáculo ; y después de tanto pagar, soñar, esperar, pactar, hablar, razonar, tolerar... ¡seguimos sin nuestras casas!