Ya te lo decía yo, de la promotora no hay quien se fíe, primero los avales, posteriormente no pagar a nadie, ni tan siquiera a los trabajadores, luego el cambio de administrador, después el cambio de domicilio social y ahora no presentarse en el juzgado. TODO UN EJEMPLO DE HONESTIDAD.
Me pregunto ¿qué tendrán en común un “pobrecito” promotor, un grupo de extrema derecha y un grupo de vecinos iluminados?