Ayer asistí al Pleno del Ayuntamiento y quiero comentar un solo aspecto. Dejo otros comentarios para otro momento.
El Sr. Garcinuño nunca deja de sorprenderme y lo consigue porque su patrón nunca comulgaré con su patrón mental, porque se basa en maldad por la maldad.
Me explico. Ayer se ratificó el permiso que se le tiene que dar en un pleno al secretario para ejercer cualquier otra actividad profesional fuera de su tiempo de trabajo en el Ayuntamiento.
Como todos sabemos, el actual secretario, Andrés (no sé su apellido), es abogado y ha empezado a trabajar hace muy poco con el Ayuntamiento de Ituero y Lama y otro ayuntamiento más de la región, con el que compartimos el coste de sus servicios.
El sr. Garcinuño y sus colegas de partido (PP), votaron que no podía ejercer otra actividad además de la del Ayuntamiento.
Esto me parece pura maldad gratuita.
¿Por qué el anterior secretario sí podía tener su actividad profesional fuera del Ayuntamiento y éste no?
¿Qué mas nos da que, una vez cumplidas sus obligaciones en el Ayuntamiento, el secretario ejerza otras actividades profesionales durante su tiempo libre?
Si su actividad externa no influye ni perjudica su función en el Ayuntamiento, ¿qué más nos da si se dedica a ver la televisión o a ejercer la abogacía?
¿Es que no tiene el derecho el secretario a cumplimentar sus ingresos, siendo capaz de hacerlo, solo porque no le da la gana al Sr. Garcinuño?
Eso es maldad por la maldad puramente.
¿O será el caciquismo apuntando? Es decir, como el secretario ha evidenciado lo justo de recepcionar las urbanizaciones, a lo que se ha opuesto todo lo posible Garcinuño, ahora lo intenta penalizar prohibiéndole que trabaje en sus horas libres?
No es de extrañar el llegar a la conclusión de que ese es el motor que ha estado motivando, y lo sigue haciendo, al sr. Garcinuño en toda su actuación en el Municipio. Mi gran anhelo en este sentido es que en las próximas elecciones ni siquiera pueda presentarse y, con suerte, puesto que vive en otro pueblo, ni siquiera le veamos la cara.
Acepto que en la vida política de un pueblo, ciudad o país haya varios partidos políticos que, con ideologías distintas, presenten un programa electoral al pueblo y éste vote a uno u otro, según crea mejor. Pero el Sr. Garcinuño no encaja en esa sana democracia. Acordémonos que ni siquiera presentó un programa electoral, sino solo un medíocre puñado de ideas al final de campaña, cuando se daría cuenta de que perdería el tan apreciado poder.
Al revés que en una sana democracia, el Sr. Garcinuño gobernó siempre como si de un cacique se tratara, en el más puro estilo de rancia dictadura. Por ello no acepta el haber perdido democráticamente las elecciones y se opone incluso a que el Ayuntamiento beneficie a familias con problemas. Y mira que ya es grave el que, mientras que su partido ha barrido al PSOE en todo el país, en IyL, él ha perdido.
Es decir, el que haya perdido las elecciones en ese contexto muestra claramente que, aunque mucha gente en el municipio se resistiera a votar al PSOE (tal vez por ideología), aun así los ciudadanos han RECHAZADO el estilo caciquista de gobierno del Garcinuño.
Espero que sigamos evolucionando y madurando políticamente y que el Sr. Garcinuño nunca más tenga la oportunidad de volver a ejercer la maldad por la maldad en nuestro medio.
Señor secretario, me alegro mucho que haya prevalecido lo razonable y justo le deseo un gran éxito en su actividad dentro y fuera del Ayuntamiento. Gracias por su trabajo.