He visto este post en el foro del Coto y me pareció que las reflexiones que hace esa vecina nos afectan a todos y por ello las reproduzco abajo.
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Os voy a compartir algo que aprendí cuando estudiaba para escribir mi primer libro.
Cuando en Europa se construyeron grandes catedrales, la gente empezó a usarlas no sólo para practicar su religión, sino que allí acudían para tratar temas de intereses del pueblo, puesto que eran grandes espacios, donde se podían resguardar de la intemperie y hablar tranquilamente para solucionar los problemas colectivos.
Pero a los señores feudales y al clero eso no les gustó, porque una de las herramientas más eficaces para mantener al pueblo sojuzgado es la táctica del “divide y vencerás”. Por ello, pasaron a construir enormes nichos para coros y órganos en el centro de la catedral, partiendo el espacio y dificultando así las asambleas del pueblo.
Hoy día la gente ya no usa las catedrales para tratar de sus temas en reuniones de asamblea, aunque sí sigue necesitando espacios públicos que permitan acomodar a un grupo de gente.
Lo que no ha cambiado es el rechazo y enfado que tales sitios provocan en aquellos que quieren seguir utilizando lo de “divide y vencerás”, que tantos réditos les han proporcionado durante años y años, incluso durante generaciones.
En nuestro Municipio de Ituero y Lama, hemos sufrido durante mucho tiempo esa venenosa idea del “divide y vencerás”. Se nos inculcó la idea de que los vecinos de un núcleo o de otro eran nuestros enemigos y eran los causantes de nuestros problemas.
Pero, gracias a Dios, como bien dice el alcalde, surgieron unos vecinos que lucharon y trabajaron arduamente para que eso cambiara. Lucharon por tener un sitio donde reunirse, conocerse y pasarlo bien. Así se han cambiado muchas cosas en relativamente pocos años. Pero no sin esfuerzo.
Uno de los logros más importantes en el ámbito de neutralizar esa táctica del “divide y vencerás” fue el poder tener un local en El Coto, donde se concentra la mayor población del Municipio, y una asociación con fines de reunir a los vecinos y disfrutar.
Tanto el actual gobierno del Municipio, quien ha habilitado el local que había en El Coto, como La Peña el Puchero que, con mucho trabajo y cariño ha fomentado relaciones entre vecinos, están erradicando el veneno de esa dañina táctica.
Muchos vecinos que antes no se conocían, ahora comparten agradables ratos y experiencias. Se ha roto el “hechizo” que nos hacía creer que los demás eran “los malos”. Ahora, todo el que quiere pasárselo bien y aportar, puede acercarse y hacerlo. El local se utiliza para el beneficio de todos. Bueno, a bien de la verdad, no de todos, sino de aquellos que quieren construir. Los perjudicados son los que quieren todavía mantener las mentiras del “divide y vencerás”. Pero no porque hayan sido excluidos, sino porque ellos mismos, al posicionarse en el lado de los que tiran piedras, se han auto excluido.
Lamentablemente, como podemos ver en el vídeo del pleno del pasado 23 de marzo, todavía queda alguno que otro que intenta arremeter contra lo que están haciendo los vecinos. Podemos verlo en www.youtube.com/watch?v=2iyfmH7fqwg. A partir del minuto 24 el Sr. Garcinuño, se mete con los horarios de funcionamiento del Centro Social y se queja de que los gastos son hechos, según su entendimiento, para beneficiar a la Peña del Puchero, cosa inveraz y que queda muy bien respondida por la Concejal de Servicios Sociales a partir del minuto 31:08.
Viendo tal despliegue de ruindad, uno se pregunta: ¿qué es lo que tanto le molesta a este señor de las actividades del Centro Social?
¿Por qué intenta fastidiar algo tan positivo, como hacían los señores feudales y el clero en tiempos pasados?
¿En qué se le perjudica cuando la gente se reúne para bailar, tomar una cervezas o jugar al mus? ¿No es de todos los impuestos que pagamos? ¿No podemos disfrutar todos del Centro Social?
Por primera vez tenemos un espacio donde disfrutar y gente dispuesta a trabajar duro para que ese espacio sea rentabilizado. El dinero de nuestros impuestos que ahí se emplea está más que bien empleado y estamos satisfechos con ello.
El tiempo de los señores feudales se acabó. Ahora la gente es libre de reunirse y disfrutar con los recursos de SUS propios medios. El tiempo de los señores feudales ha pasado ya. Que tomen nota los que se acostumbraron a vivir como si señores fueran.
Un saludo.
info@cotosanisidro.com