TENEMOS GENTE DENTRO
"TENEMOS GENTE DENTRO" DE LA POLICÍA, LE CONFIÓ EL ENTONCES CANDIDATO DEL PSOE A PEDRO J. RAMÍREZ
El ex presidente Felipe González sostuvo que el 11-M fue "un trabajo por encargo de ETA", según contó José Luis Rodríguez Zapatero al director de El Mundo el mismo día de los atentados. Lo revela este domingo Pedro J. Ramírez en su Carta del Director, titulada La joint venture.
"Es lo que dice Felipe, que ha sido un trabajo por encargo de ETA. Sería la primera vez que pasa algo así", le transmitió el entonces candidato, Zapatero, al periodista durante una conversación telefónica a las 10 de la noche, que Ramírez reconstruye en su ensayo dominical, a partir de las notas que, "con bastante detalle", tomó "sobre la marcha" y que ha decidido hacer públicas al darse cuenta de "su enorme relevancia informativa" tras el último comunicado de ETA, en el que la banda terrorista reconoce el papel del 11-M como una de las condiciones que propiciaron el llamado "proceso de paz".
(Libertad Digital) El presidente del Gobierno –entonces, el 11 de marzo de 2004, candidato a la Presidencia por el PSOE– y el director de El Mundo mantuvieron una conversación telefónica –la tercera, en aquella jornada– a las 10 de la noche del día de los atentados de Madrid.
José Luis Rodríguez Zapatero sostuvo ante Pedro J. Ramírez que había terroristas suicidas en los trenes y que la información procedía "de dentro".
"Oye, hemos gobernado durante 13 años y tenemos gente dentro", subrayó el entonces candidato socialista, probablemente intentando conferir credibilidad a sus palabras, según se desprende del contexto del diálogo reconstruido por el director de El Mundo.
Zapatero también presumió ante Ramírez de contar con fuentes de la Casa Blanca por intercesión del entonces candidato Demócrata John Kerry. "Tienen topos en la Casa Blanca", intrigó. De esos supuestos "topos" procedía, según confió entonces Zapatero a Ramírez, la certeza de la Casa Blanca, contraída la misma tarde del 11-M, de que había sido Al Qaeda la autora de los atentados.
El periodista le interrogó sobre "una faena a medias, una especie de joint venture" con ETA.
La respuesta de Zapatero fue: "Eso es lo que dice Felipe, que ha sido un trabajo por encargo de ETA. Sería la primera vez que pasa algo así".
Pedro J. Ramírez reconstruye este diálogo en su Carta del Director de este domingo, titulada La joint venture, al considerar "su enorme relevancia informativa" a la luz del último desafío de ETA, reconociendo el pasado 8 de abril en Gara que el 11-M lanzó –entre otras condiciones favorables– el llamado "proceso de paz".
La intoxicación de la existencia de terroristas suicidas en los trenes –una información difundida por la SER y que se ha demostrado falsa– y la atribución del origen de ese bulo a fuentes "de dentro" de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, según las identificó el entonces candidato socialista en esa versión lleva al periodista a deducir que "alguien en el seno de las Fuerzas de Seguridad conocía un guión según el cual entre la furgoneta de Alcalá y la mochila de Vallecas debía aparecer los restos de terroristas suicidas como definitiva marca de la casa del integrismo islamista. Mi única duda es si, además de conocer el guión, ese alguien había contribuido también a pergeñarlo".
Ramírez explica, en su artículo que "lo que de verdad me ha impulsado" a publicar su conversación telefónica con Zapatero "ha sido la parte final de la charla, puesta en combinación con las referencias que ETA hizo al 11-M el pasado fin de semana en la entrevista publicada en Gara y con los últimos avatares de la vista oral por la matanza".
"La del domingo", subraya Pedro J. Ramírez, "fue la primera vez que ETA estableció una relación de causa a efecto entre la masacre –dice que fue uno de los "factores" desencadenantes– y lo que define como proceso para la resolución del conflicto vasco".
El periodista concluye su pieza dominical con la conjetura de una broma del destino: "Tendría gracia –si no se tratara de algo tan trágico– que un día se comprobara que las dos primeras personas en intuir lo sucedido, o al menos en contárselo a Zapatero, hubiéramos sido Felipe González y yo", escribe el director de El Mundo.
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