Suscribo lo comentado, tanto los ladridos del perro como el sonido continuo e insoportable del loro que en un año no ha parado de hacer ruidos. Lo que todavía no entiendo es como la gente que vive cerca del maldito loro no se ha tirado todavía por la ventana desquiciados perdidos, realmente el ruido es insoportable.
Ahora entiendo pq la urbanización blanca protestaba tanto cuando llegamos al barrio los nuevos vecinos, está claro que las cosas cambian y no siempre a gusto de todos.
Al ladrido del perro y ruido insoportable y continuo del loro yo, en mi caso, tengo que sumarle el ruido de la puerta que da al padel, creo que se debe abrir unas 30 veces al día (a cualquier hora, por supuesto), con el portazo que da incluido (en varias ocasiones le he pedido a los vecinos que pasaban que lo comentaran en las reuniones de la comunidad. Poniendo un cerco de goma a la puerta evitaríamos el ruido a hierro tan molesto para alguien que tiene la ventana de su habitación al lado) y los gritos de los jugadores de padel que no dejan de hacerlo desde las 10:00 hasta las 23:00 hs.
En fín, espero que con el tiempo consigamos vivir todos en comunidad sin molestarnos los unos a los otros.
Saludos.