Lo que si es verdad que gracias al portero que actuó con rápidez con los extintores la cosa no fué a más. Menos mal que de vez en cuando hacen algo bien aunque haya a gente que le fastidie.
Clemente y el repelente niño Vicente siguen voicoteando las reuniones, sin dejar expresar la opinón de la gente y si algo no les gusta pues se ponen a gritar como unos exaltados, se creen que todo es suyo y son los que mandan. Solo les falta que saquen a pastar los caballos al césped, cuando son ellos los que más se tienen que callar, ya que hacen sin permiso de la comunidad muchas cosas que a la larga les traerá problemas.Como el cerramiento que han hecho, si yo fuera el vecino de arriba estaría preocupado ya que en cualquier momento se le meten por la cocina y se frien unos huevos.