Muy buenas tardes a todos, el cocido ferroviario pues vale, con su arrocito el pollo la chistorra y alguna cosilla más que llevaba por dentro.
Yo no soy mucho de cocido, por eso para mi el plato estrella de la tarde fueron los restos de los macarrones que nos zampamos algunos padres, estaban de categoría si señor.
Al principio con discreción claro faltaría mas, ¡venga que los tenéis que comer todos¡ pero una vez los probamos, ¨papa no quiero mas¨ vale Mario no te preocupes que tenias muchos vete a jugar jejejeje.
Y el colofón de la tarde fue el cuchillo jabonero que salio pegado al pataneara, en aquel fondo norte donde se acomodo no pensaba el pobre jamón la mala tarde que le esperaba.
Mención especial a los anfitriones que tan jugoso manjar nos dejaron degustar Raúl y Olga gracias, y como me voy a olvidar de ese hidalgo caballero ¨pirineo el¨que cuchillo en mano se encargo de hacer las mas finas virutas de tan preciado manjar, eso si bajo la atenta supervisión de de su equipo de animación.
No me errollo mas, un saludo desde el Bajo Cinca.