Es genial eso de que los adolescentes puedan campar a su anchas por la urbanización sin temer por su seguridad, que puedan estar en la calle, conversando, haciendo un poco el chorras, ligando y hasta tomándose un par de cubatas a escondidas, tal y como hemos hecho el 99% de los que hemos tenido alguna vez 17 años.
Otra cosa es estar de madrugada dando voces, columpiándose como posesos en las zonas infantiles, rompiendo botellas de vodka contra el suelo y dejando las zonas de botellón llenas de residuos de la fiestecita....
Y otra mucho peor es que te despierten a las 2 y media de la mañana con sus gritos y que después de un rato pensando "ya se callarán, son jóvenes" te asomes al balcón y les pidas que bajen la voz, y que una hora después, a las 3 y media, sigan con el mismo comportamiento, y que para postre rompan una de las botellas junto a los columpios y se queden tan frescos.
Y que lo que me repatea es que tengas que salir de la cama, vestirte a las 4 de la mañana, bajar a la calle y enfrentarte a ellos, decirles bastante cabreado que ya les habías dicho desde el balcón que bajaran la voz y que no habían hecho caso, y que en ese momento un par de ellos se te pongan chulitos y te digan que quién soy yo para decirles que se callen, que hacen lo que les da la gana y que como he bajado en ese plan ahora no les da la gana de recoger.
Eso ocurrió anoche en la zona infantil del final de la urbanización, junto al campo de golf y la pista de pádel nº 2. El hecho de tener ya unos cuantos años y sobre todo el que fueran má que unos críos borrachos me contuvo de pasar a mayores, pero sinceramente, me dieron ganas de solucionar la cosas de otra manera, y muy especialmente cuando estos dos "machos alfa" del grupo se pusieron casi nariz contra nariz frente a mi (bueno, es un decir, uno de ellos apenas levantaba 1'60 del suelo y el otro, alto, delgado y rubio, vestido con una chaqueta azul marino con un logo gris en el frente y de nombre Borja, me sacaba media cabeza). Me trague los insultos que profirieron contra mi (mientras ya se alejaban, por supuesto) y al menos pude dialogar con otro chaval y tres chicas que les acompañaban y que me pidieron disculpas.....
En fin, todo esto para decir que está genial que puedan hacer lo que les dé la gana, pero que los padres correspondientes que se pueden imaginar que sus hijos están haciendo el gamba a esas horas de la madrugada, tengan al menos la precaución de EDUCAR un poquito a sus vástagos, y sobre todo de enseñarles que cuando un adulto les está llamando la atención por dar mal de madrugada tengan al menos la decencia de agachar las orejas, recoger y buscarse otro sitio. Más que nada porque a lo mejor, otros en mi situación (ojo, no lo estoy justificando ni mucho menos) hubieran reaccionado de otra manera a los insultos y estaríamos hablando de cosas más graves.....
Saludos
PS: por cierto, y para que nos centremos respecto a como están las cosas, el más pequeñito de ellos se puso especialmente chulo cuando después de llamarles la atención les dije que si seguían allí iba a verme obligado a llamar a la policía local de Sabiñánigo o a la Guardia Civil. Su reacción fue encararse conmigo y decirme que cómo le podía hablar a él de la Guardia Civil, que él venía de cierta comunidad autónoma y que la Guardia Civil se la "sudaba".... Bueno, pues eso.....