Energía solar
¿Es obligatorio instalar placas solares en viviendas nuevas desde el 2006?
476 lecturas | 0 respuestas
Acabo de ver en las noticias, que toda vivienda nueva a partir del 2006, deberá llevar obligatorías las placas solares para calentar agua.
Supongo, que a los de la tercera fase no nos pilla, no? alguien sabe si nos lo pondrán??
la instalación sería entre un 1 % y un 0,5 % del valor de la vivienda, osea, entre 1000 y 1500 euros.
Lo bueno es que sale mas barato, es mas ecólogico...en fin, os dejo mas datos, pero que yo no me he entado muy bien:
El borrador del Código Técnico de la Edificación (CTE), que se
aprobará en 2005 y será plenamente efectivo en 2006, pretende dar un
impulso decisivo a la cenicienta de las renovables, al hacer obligatorias
las placas solares para calentar agua sanitaria en inmuebles de nueva
construcción o que se rehabiliten.
No es tan caro como podría pensarse. La factura se puede reducir
mucho con ayudas públicas y con la repercusión directa en el recibo de
la luz.
Paradójicamente, la industria solar es puntera en cuanto a investigación
y desarrollo. La segunda empresa europea del sector (y séptima
mundial) es española, pero exporta la mayor parte de su producción.
Porque las placas solares, tan limpias o más que los aerogeneradores,
que calientan agua para usos domésticos o vierten electricidad a la red,
siguen siendo excepcionales, y su implantación sigue muy por detrás
de las previsiones del Plan de Fomento de las Energías Renovables.
Las ayudas oficiales, atractivas en teoría, no tienen dotación
presupuestaria suficiente.
Eficiencia y ahorro
Francisco Javier García Breva, director del IDAE (Instituto para la
Diversificación y Ahorro de Energía), recuerda que el CTE no es sólo el
reflejo de una apuesta política por la eficiencia y el ahorro energético,
sino que responde a la necesidad de adaptarse a una normativa de la
UE de obligado cumplimiento a partir de 2006. Además, la situación,
especialmente en el sector residencial, ha adquirido tintes alarmantes,
agudizados por el espectacular aumento del precio del petróleo.
"El boom de la construcción", señala este ex diputado socialista
tradicionalmente vinculado a los temas energéticos y
medioambientales, "ha sacado al mercado medio millón de viviendas
nuevas al año, levantadas casi siempre sin criterios de eficiencia, y eso
ha hecho aumentar la demanda y el consumo de energía en más de un
5% anual.
Todo un despilfarro. De seguir así, para 2012, el incremento sería del
40% en el sector doméstico y del 100% en el de oficinas. Por otra parte,
las emisiones de CO2 a la atmósfera tienen también un impacto
económico, ya que la Unión Europea pasará factura por ellas al
Estado". El parque español de inmuebles es de nueve millones de
edificios, lo que supone 20 millones de viviendas y 800.000 locales
comerciales. El impacto de aplicar ahí, y no ya tan sólo en las viviendas
nuevas, criterios de eficiencia energética sería descomunal.
El IDAE apuesta por potenciar con ayudas públicas, sobre todo, a la
energía solar térmica, a la que se presta una especial atención en el
proyecto de ITE. Primero, porque, como señala García Breva, se
considera "más rentable", una rentabilidad medida en términos de
eficiencia energética. Segundo, porque cree que el apoyo que tiene la
fotovoltaica con la prima recibida por cada kilovatio hora que se entrega
a la red eléctrica (unas 69 pesetas) supone ya un atractivo suficiente.
Ahora se puede optar (pero no siempre obtener) en las dos
modalidades a ayudas estatales de un 20% del coste de la instalación a
fondo perdido, un 10% de desgravación fiscal y el 70% restante en un
crédito a interés prácticamente nulo. En ocasiones, hay también
subvenciones adicionales de comunidades y ayuntamientos.
Fuentes de la industria solar térmica estiman que una instalación para
agua caliente sanitaria en una vivienda unifamiliar de Valencia para seis
personas cuesta 2.500 euros, y que el ahorro durante la vida útil (unos
25 años) superaría los 10.000 y evitaría la emisión a la atmósfera de 87
toneladas de CO2.
Para una residencia geriátrica en León con 24 internos ascendería a
10.000 euros, y para una comunidad de propietarios con 358 vecinos
en Torremolinos, a 55.000. El importe y la eficiencia energética
dependen de la zona (por el grado de radiación solar) y del uso (agua
caliente, piscina, calefacción, etcétera). La rentabilidad dependería de
si hay o no ayudas públicas. Fuentes del IDAE estiman que la
instalación de un sistema solar térmico en edificios nuevos supondría
entre 1.100 y 1.400 euros por vivienda, entre el 0,5% y el 0,8% del
coste total.
En el caso de la fotovoltaica, una instalación de cinco kilovarios pico,
suficiente para satisfacer las necesidades energéticas de un chalé de
200 metros cuadrados, cuesta unos 36.000 euros con conexión a la red
y 50.000 si no es así, opción ésta última casi obligada si el tendido
eléctrico está lejano. No hay entonces posibilidad de rentabilizar la
inversión con el retorno por la venta a la red de la electricidad
producida.
Balón de oxígeno
Juan Fernández, presidente de la Asociación Solar de la Industria
Térmica (ASIT), cree que el sector se halla un tanto desamparado, pero
que la obligatoriedad que impondrá el nuevo CTE supondrá un balón de
oxígeno. "No obstante, el borrador presenta importantes lagunas",
subraya, "como que haya territorios del norte en los que no serán
obligatorias las instalaciones solares térmicas. Si no se cambia, será un
tremendo error, se tiraría por la borda la eficacia del plan".
En toda España se instalan anualmente unos 60.000 metros cuadrados
de paneles solares térmicos, ocho o nueve veces menos que en
Alemania. A este ritmo, el objetivo para 2010, en torno a los cinco
millones, sería inalcanzable, pero la nueva normativa hará que esa
meta deje de ser una utopía.
Javier Anta, presidente de la Asociación de la Industria Fotovoltaica
(ASIF), reconoce que la clave del problema es que "la energía
fotovoltaica es seis veces más cara que la hidráulica, la térmica o la
eólica". Pero ve muy clara la solución: "Si hay apoyo oficial, la industria
está en condiciones de seguir bajando el precio al menos un 5% cada
año. Incluso mucho más porque, cada vez que se duplica la
implantación de las placas, se reduce el coste en cerca de un 20%.
Ahora, a nivel mundial, se duplica cada tres años".
La industria fotovoltaica pide al Gobierno que sea ambicioso y eleve el
objetivo del plan de fomento. Ahora mismo, es de 143 megavatios de
potencia instalada para finales de 2010. "Creemos", sostiene Anta, "que
debería revisarse hasta los 1.000, instalando cada año el doble que el
anterior. Es un gran reto, pero estamos en condiciones de afrontarlo
con el apoyo de la sociedad en general y a través de las
Administraciones".
Con la prima recibida por la venta de electricidad a la red, un aumento
de los fondos para créditos blandos y una simplificación de la
burocracia, la energía solar fotovoltaica podría alcanzar la implantación
que sería lógica en el país con más sol de Europa. El nuevo CTE
echará también una mano, al hacer obligatoria su instalación en
hospitales, hoteles de cierto tamaño o hipermercados.
No hay duda de que el modelo energético actual está en crisis. Las
energías renovables (y, por supuesto, la solar) son parte esencial de la
solución, por motivos tanto ecológicos como económicos. Pero aún
falta el impulso político definitivo.
Agua caliente y electricidad que llegan del Sol
HAY TRES TIPOS DE ENERGÍA SOLAR, todas ellas compatibles con
el suministro tradicional de electricidad y que utilizan placas de silicio, el
más común de los elementos químicos, que se obtiene de la arena.
Una materia prima inagotable, al igual que la radiación del Sol. La
energía solar térmica a baja temperatura se emplea para el
calentamiento de agua sanitaria, la que sale al abrir el grifo del lavabo,
la cocina o la ducha ; pero también la de piscinas climatizadas,
calefacción (por suelo radiante) e incluso electrodomésticos, como la
lavadora o el lavavajillas.
La energía solar fotovoltaica genera electricidad, ya sea para consumo
directo (opción recomendable para entornos rurales aislados) como
para verterla a la red. En este último caso se obtiene un retorno de 41
céntimos de euro por kilovatio-hora (para instalaciones de menos de
cinco kilovatios), prácticamente cuatro veces más de lo que el
consumidor abona a las compañías eléctricas.
La prima, que en última instancia pagan los contribuyentes, pretende
garantizar la amortización de las instalaciones en un plazo en torno a
los 10 años, y es el gran aliciente que se ofrece a quien apueste por la
fotovoltaica.
Existe además un tercer tipo de energía solar: la térmica de alta
temperatura, fuera del alcance de los consumidores individuales,
generadora también de electricidad y aprovechable sobre todo
mediante centrales.
La Plataforma Solar de Almería, que aprovecha uno de los más altos
niveles de radicación existentes en España, es quizá el mejor ejemplo
existente hasta el momento, si bien está previsto que se instale en
Granada, en el plazo de dos años, la mayor planta termosolar del
mundo. Con más de 600 placas receptoras y 200.000 espejos, podrá
abastecer de electricidad a unas 185.000 personas.