En dos palabras "im-prezionante". La verdad es que ayer mi vecina y yo, nos acercamos al socorrista y le comentamos que no se podía usar sillas en el césped a menos que se estuviese embaraza o con problemas de salud. Su respuesta fue: "yo con eso no tengo nada que ver, se lo diré al portero".
Pues bien, había una vecina con sus amigas, a las cuales tan sólo les faltaba la nevera y el bocata, plantadas con sus sillas, más sus toallas extendidas, sus bolsas, revistas... vamos que ocupaban media piscina. Se les ha dicho amablemente que no se puede bajar con las sillas, y parece que no hablan nuestro idioma o que tienen problemas de audición, pero vamos, que se fuman un puro, o mejor dicho una media de 12 cigarros a la hora que dejan patentes en el césped... no comments.
Bueno, que menos mal que me voy ya de vacaciones, porque entre el socorrista empanao, la mierda que tienen las paredes y fondo de la piscina, la ligue del socorrista y los vecinos irrespetuosos, se te quitan las ganas de bajar a la piscina.
Un saludo y feliz verano.