A nosotros nos han llamado para firmar el día 13, pero tampoco firmo….
Es lamentable como un proyecto tan bonito, (a mi juicio la mejor urbanización y distribución de la zona), la están terminando de manera tan chapucera.
Sin ir mas lejos fijaros en el remate de ladrillo que hay en la caseta de vigilancia, la han cortado a mordiscos y lo han cubierto de silicona.
En mi caso, además, ha habido una rotura y tengo todo el piso hecho una pena, tarima del suelo levantada, escayola caída, suelos de los baños y cocinas más altos que el resto, y para disimular me ponen unas tiras doradas que evidentemente están todas levantadas, el salón con unos arañazos de órdago, las baldosas de la cocina tropiezas con ellas de los desniveles que tienen ....
Sin embargo, me han llamado para escriturar el día 13 y evidentemente le he dicho a Leandro que si me dan una lancha para moverme por la zona común y los garajes y varios cascos para proteger a los niños, además de una casa habitable y todo ello antes del día 13, lo mismo me lo pienso.
Están presionando por todos lados para recoger el dinero y evitarse los gastos por demora, pero sinceramente los pisos, (por lo menos el mío) no está en condiciones de ser habitado, es más, los de protección oficial de al lado están mejor rematados y les han costado cuatro veces menos que los nuestros.
Sinceramente SEOP se ha lucido, el encargado ha debido estar de vacaciones mientras construían y la Dirección Facultativa de Vertix, directamente no ha existido.
Leandro aguantando todo el chaparrón mientras los responsables se ocultan sin dar la cara, es deprimente.
Se han comprometido a solucionar todo antes de la firma pero ya les hemos advertido que antes de escriturar nuestro piso tiene que estar en condiciones (no digo que no exista algún remate pero no lo que nos hemos encontrado, que ni es servicio post-venta que han contratado encontró papel para apuntar todos los desperfectos).
No quiero ser alarmista, lo mismo mi caso es una excepción, pero lo que si es cierto es que me entristece pensar la ilusión con la que la compramos y la desilusión que tenemos con lo que nos han vendido.
Hay cosas que con el tiempo se resolverán, otras no tienen arreglo (como el ladrillo de las fachadas) pero lo que no estamos dispuestos a tolerar es que encima nos tomen el pelo.