Una vez más y para despedirme, se acabaron los vecinos maleducados, los niños gritones, los jovencitos lascivos (algún que otro mayorcito también lascivo y desviado), las malas formas, los aparcacoches en plaza de moto y en puertas de la urbanización, las juntas que no llevan a nada más que gritos e insultos, los vigilantes dormilones, en fin con la pasta que he sacado por el piso todo podre olvidarlo, espero que los que podaís y queraís os vayaís antes de que los grafitis de las pandillas juveniles invadan los muros de vuestra preciada urbanización. Sin nada más que decir una saludo a la gente de buena fe y a los demás ¡¡¡ Ahí os quedaís!!!.