Como ya dije, me parece perfecto reclamar a la constructora, al instituto de finanzas y a todo aquél que nos esté cobrando un precio superior al fijado inicialmente pero, eso sí, que todo esto se haga una vez que ya estemos viviendo en nuestros pisos.
Comprendo perfectamente vuestra indignación de la cual yo también soy partícipe, a mí no me sobra el dinero como para ir pagando 30.000 euros así como así. De hecho no sé si voy a poder pagarlos y quizá me tenga que acoger al famoso préstamo personal. Pero mientras muchos de vosotros os negáis rotundamente a pagar ni un euro de más, y preferís que se lo lleven los abogados si hace falta con tal de no "bajaros los pantalones" delante de la constructora, os recuerdo que somos muchos los que estamos en la calle, viviendo de prestado en casa de otros o pagando un alquiler.
Entiendo que haya gente que no pueda pagar ese dinero o que no pueda hacer frente al préstamo personal. Pero no comprendo como puede haber otros a los que al parecer no les hace falta una vivienda y se niegan a pagar un precio que, en comparación con todas las que se entregarán a partir de ahora, resulta ser bastante más económico. A lo mejor es que no quieren el piso para vivir sino quizá para especular con él. Ojalá que esto no sea cierto y al final tengamos que pagar los que realmente necesitamos los pisos.
Si a algunos el abogado le sale gratis, os puedo asegurar que a mí el alquiler no me lo regalan.