No creo que la constructora se atreva a parar la obra a estas alturas. Pensad que es más lo que les tenemos retenido (según las condiciones de contrato) hasta finalización de la obra, que lo que nos reclaman por supuestas indefiniciones en el proyecto.
Es decir, que es más lo que pierden si paran la obra, que si la terminan aceptando nuestras condiciones: pagarles sólo lo que reconoce el arquitecto.
Por supuesto que no pueden cobrar más de lo que figura en el contrato, por eso, si vamos a juicio, tenemos todas las de ganar. Lo que pasa es que antes de ir a juicio hay que agotar la vía de la negociación porque ir a juicio supone un montón de gastos: empezando porque el mero retraso en la entrega de los pisos a mucho de los socios nos cuesta un dineral en alquiler, por no hablar de lo que tendríamos que gastarnos en abogados.
Por eso opino que hay que seguir negociando con la constructora en tanto en cuanto la obra siga adelante pues, de este modo, cada vez la constructora tiene más que perder en caso de paralizar la obra.
No se os olvide que es esta la mayor medida de presión que tienen los de la constructora. Pues saben bien que cada vez nos cuesta más dinero estar sin los pisos. Si de primeras les vamos denunciando, se rompe la negociación, y eso es lo que menos nos interesa.