Es una grandísima noticia. Cuando ayer vi las vallas me llevé una gran alegría. Sin embargo, algunos parece que son bastante duros de entendederas, ya que cuando he salido esta mañana he visto que los obreros ya andaban por allí y, a pesar de las vallas, había un Mercedes color gris allí aparcado, en mitad del callejón. Espero que a estas horas esté donde se merece: en el depósito donde ojalá lo haya dejado la grúa.