La verdad es que no me he llevado grandes sorpresas, es tal como la tenía en mi cabeza más o menos. Quizás la cocina me pareció un poco más pequeña de lo esperado. Fueron a medir los de la tienda de cocinas que he elegido y había alguna diferencia respecto a los planos.
Por cierto, hablando de las cocinas, en la gestoría AGPS me han dicho que no creen que hayan ofertas de cocinas, así que el que no mida ahora tendrá que esperar a la entrega de llaves. Lo digo porque luegon tardan unas 5 semanas desde que la compras hasta que te la montan.
Hay algunas medidas en la casa ligeramente distintas entre el plano y lo real, de 2 cm en algunos sitios, y en otros de hasta 10 cm.
Hay gotele en paredes y techo, aunque es finito y no queda mal. Los azulejos de la cocina son blancos satinados, con cenefa beige o marron claro, no queda mal. Pero los baños son beige con cenefa blanca y no me ha gustado nada la combinación. Demasiado oscuro y la cenefa desentonante. Me hubiese gustado que hubiesen sido como la cocina.
Los trasteros no se pudieron ver porque según Javier (el auxiliar o ayudante del jefe de obra) estaban aún terminándose.
Los fallos fueron leves a mi entender. Los peores fueron una ventana rota, con los marcos dañados, y dos armarios rayados (con muchos rayoncitos pequeños).
La tarima flotante es preciosa, con un brillo increíble. Los rodapiés bien puestos salvo un par de sitios que están un poco astillados al meterse a presión.
Los armarios están revestidos, tienen una tabla alta en horizontal (para maletas y demás) y luego una barra. Las puertas de los armarios no están mal, aunque no son correderas, sino de apertura normal con unas pinzas en los cierres. Me imagino que siendo un poco manitas y poniendo un par de tableros pueden quedar bien sin tener que contratar a un carpintero.
Y sí que es cierto que hacía un frío de mil demonios.