Hola martagg. A nosotros nos pasó algo parecido, pero en lugar de llamar a la empresa directamente para el arreglo, primero dimos parte a Novaindes. La primera vez fue a los 4 meses de la puesta en marcha del termo. Vino el técnico, nos cambió el extractor que se había roto, y a nosotros no nos pidió nada. La segunda vez, vinieron los de Novaindes a intentar arreglarlo ellos, pero hubo una tercera vez...No encuentro el parte de esta tercera vez (lo buscaré con más calma) pero estoy casi segura de que ya habían pasado los 6 meses (entre partes, que vienen y no vienen...). En esta ocasión el técnico nos quisó pasar la factura, a lo que nos negamos en rotundo puesto que era un problema de la instalación, no del mal uso del termo. En nuestra cocina, cada vez que se encendía el termo olía a gas que era una delicia. El técnico decía que él no se podía ir sin cobrar, que sino su jefe se lo iba a cobrar a él. Llamamos a Novaindes y nos dijeron que lo pagáramos, que ellos después se hacían cargo de la factura. Pero aún así, por si acaso, nos volvimos a negar a pagar. Mientras tanto, mientras nosotros discutíamos con Novaindes, el ténico seguía en nuestra cocina...
Al final tuvimos "suerte", porque somos de la Fase I y estaban construyendo la Fase II, con lo que nos fuímos a buscar a Alberto (por entonces el que estaba en la obra) y nos encontramos además con su jefe. Así que allí mismo pagaron al técnico.
Fue ya una cuestión de orgullo. En nuestra cocina olía a gas que daba gusto y a mí me tomaban por chiflada mientras me daban como solución que abriera la ventana...
Te recomiendo que os aseguréis porque se ha roto la pieza que os han cambiado. En nuestro caso el extractor se rompió porque cuando lo colocaron se dejaron dentro un plástico protector. Fallo de Novaindes. Se tenía que hacer responsable.
En nuestra cocina olía a gas porque la segunda vez que vinieron los de Novaindes a "arreglarlo" colocaron el extractor al revés...
Mientras tanto, para tener agua caliente, lo que hicimos fue poner el termo al mínimo, y cada vez que lo usábamos abríamos la ventana para que hubiese la mayor ventilación posible. Así el termo detectaba menos acumulación de gases y no se apagaba casi nunca. No siempre resultó. Y también era diciembre...