Que levante la mano, quien conozca con claridad y certidumbre, donde acaba el término municipal de Molina y por consiguiente donde empieza el término de Murcia, en nuestra zona residencial.
La absoluta falta de señalización, no es una simple carencia informativa para los usuarios que recorren las calles interesadas, más bien podría ser una escusa para quien ha de asumir responsabilidad sobre los problemas pasados, presentes y futuros de nuestra urbanización.
Por ejemplo, excluidos los dos viales de conexión con el Mirador de Agridulce I (Murcia), que si están dotados de aceras y alumbrado, lo otros dos viales de accesos (lado Norte) que pertenecen completamente a Molina, no cumplen con la exigencias mínima para que sean practicadas por parte de los peatones (falta de aceras, señalización y alumbrado).
Entonces, en su planteamiento original, el Ayuntamiento que pretendía, que el nuestro núcleo urbano fuera siempre a remolque de otro existente y perteneciente a otro municipio, o sea siempre una urbanización parásita.
¿Porque los otros dos viales no cumplen con los requisitos de una zona urbana (dotación de alumbrado, aceras y señalización) y dan más bien la sensación que en esta zona se acabe el Mundo?
Porque el campo de Béisbol, a nuestro lado, que está ubicado en Molina, y ha sido dejado en un estado de total abandonado por parte de la Universidad, no puede ser regenerado y destinado a otro uso (campos de futbol 7, por ejemplo) y puesto a disposición de los ciudadano de Molina (o sea nosotros).
Señores, hay mucho que hacer para que nuestra tierra no quede por vida a la deriva entre Murcia, Molina y la Universidad.
Sistema viario de acceso independiente y en condiciones ya, para que no estemos vinculados de que si un día la universidad se levanta por la mañana y quiera cerrar sus accesos, nosotros no quedemos en jaula.