Queridos vecinos de Pryconsa, tan sólo informaros que en cuanto la marea de ratas baje en el barrio no descarto con nocturnidad montarme un cayuco y plantame en vuestro edificio pidiendo asilo político. La apatía que reina en el nuestro es capaz de aburrir al más salao. Otra opción es que no sea apatía sino que las ratas se hayan comido los dedos de los vecinos y no puedan teclear, seguiré investigando en esta línea. En cuanto al parque sin novedades.