Según me han comentado, la puerta no se rompe porque sí. Los obreros que entran y salen constantemente, parten la puerta queriendo para que no esté cerrada.
Primero pusieron un taco de madera sujetándola, luego, viendo que el taco de madera desaparecía o que a veces, algún vecino lo quitaba para cerrar la puerta, parece que optaron por una medida más contundente, reventar el bombín con un destornillador.
Me consta que esa puerta se ha arreglado en varias ocasiones. Opino que, hasta que no pare el pulular de obreros por la urbanización, es tontería gastarse más dinero en arreglar algo que lo van a romper a posta.
Esto mismo creo que es aplicable a las luces de la escalera de la entrada de la calle Yécora.