Me considero una persona honrada y decente, que en su día se metió en una cooperativa porque no po´día pagar un piso de otra forma. Llegados al día de hoy, aunque me dan muchas ganas de presentarme al consejo, siempre tengo que rechazarmelo, motivos: Con trabajo ajeno, con hijos, y con un marido que viaja constantente, no creo que pudiese sacar m´´as de unas horas al mes para dedicarselo a la cooperativa, ¿Quién dispone de un trabajo con horario flexible para hacer sus gestiones personales en el día? ¿Quién dispone de conocimientos suficientes para enfrentarse a esto?, porque dá igual quien sea, siempre estará en el punto de mira y cuestionado por muchos en su gestión, por muy voluntariosa y justa que intente ser.
Es muy dificil ser presidente, seberíamos hacerlo por sorteo y al que le toque la cruz, intentar ayudarlo con un consejo rector amplio, de 15 o 20 personas para poder dividirse las funciones ; así además sería una mayoría más justa la que decidiese cualquier asunto, y no una unanimidad de dos, como a ocurrido ahora.