Si opinas sobre algo siempre hay alguien que está de acuerdo y alguien que no. Se gasta mucha saliva,tinta o tiempo y no suele aportarse más que la opinión de uno que, como poco, es discutible.Aún así es sano que opinemos cuando y cuanto queramos.
Un puntito más valioso me parece a mi el testimonio directo sobre cualquier hecho vivido y que cada cual lo interprete como Dios le de a entender cosa que, por otra parte, es inevitable.
Alcobendas cuando llegué:
Era un pueblo de vacas.No era nada desagradable y empezaba lentamente a incorporar servicios.
Comparado con Madrid no habia delincuencia y noté una actitud diferente en la gente ( respetaban los pasos de cebra, te saludaban ,etc).
También era más silenciosa, se aparcaba sin dificultad, todo estaba cerca y la calle estaba desierta de coches los domingos.
Si paseabas por su ciudad siamesa, S.S.R.R., podías oler a leña de chimenea, disfrutar de fiestas de tradición y saborear el clima de pueblo que ya empezaba a perder Alcobendas.
Alcobendas cuando lo dejé:
Se había convertido en una ciudad llena de servicios de calidad.
Colegios por todas partes, comerciales, gasolineras, parques, muchos parques y grandes y buenos. Para mi una de las ciudades de mayor calidad en servicios sin ninguna duda.
Además también ganó en parque móvil.Coches,muchos coches y grandes y buenos... y mucho ruido y pocos aparcamientos libres y muchos parquímetros y ...perdió las diferencias con Madrid y me fuí.
Amo Madrid, me he criado en él pero,tonto sería si aparcar en doble fila u oir los insistentes pitidos de los que no pueden salir o, peor aún, no poder salir con el coche en una urgencia (en mi muy común), tonto sería decía, si no tratara de evitar eso y, como Leoncio el león huyera por la izquierda hasta Cobeña para reencontrarme hogaño con el Alcobendas de antaño.
Que Cobeña va a crecer, llenarse de servicios e incomodidades no lo dudéis. Que se destruirá como pueblo, es seguro, prácticamente inevitable.
Solo espero que el proceso sea lento (algo raro hoy) para permitir la adaptación de todos al cambio.
Disfrutemos mientras podamos de lo que tenemos y cuando se acabe veámosle la cara luminosa a la nueva realidad que siempre la tiene.
Es mi religión que sólo existe el tiempo presente, el pasado es inamovible y debemos emplear un suficiente pero exiguo tiempo a pensar o planear el futuro, especialmente en lo que de peligroso pueda tener. Lo demás son pajas mentales: da cierto placer pero te aleja de la realidad que únicamente está aquí y ahora.
Un abrazo para todos