Y eso también incluye y debe incluir a las personas que se dedican a jugar a la pelotita de cojones, y no niños, sino sus queridos padres y madres y algunos maromos, pero ya sabeís que en esta comunidad cada uno hace lo que le sale de los cojones, persinas, ducha, pelotas, antenas parabolicas, carreras por el garaje, manda huevos.