Caos en Madrid con la educación 'online': veto a Google y 1,2 millones de alumnos 'colgados'
- EducaMadrid, la plataforma educativa de la Comunidad de Madrid, ha vuelto a fallar sistemáticamente esta semana de clases virtuales
Por
Mario Escribano
16/01/2021 - 05:00
EducaMadrid falla más que una escopeta de feria. La plataforma educativa de la Comunidad de Madrid ha venido dando problemas a profesores y alumnos desde su implantación con el estado de alarma del pasado marzo. Con el inicio del curso semipresencial, estos habían menguado. Y ahora, la llegada de las clases telemáticas a causa de la borrasca Filomena ha colmado la paciencia de los docentes de la enseñanza pública, que son los únicos que están obligados a utilizar el sistema.
Durante esta semana, las caídas de la web han sido constantes, imposibilitando el desarrollo de las clases, según denuncian profesores y sindicatos, una situación que ha dejado 'colgados' a más de un millón de alumnos. Por contra, en respuesta a Teknautas, la Consejería de Educación reduce lo ocurrido a que "tan solo el sistema ha ido un poco más lento de lo normal". Horas después, el Gobierno regional ha anunciado que vuelve a retrasar el regreso a las clases presenciales por las consecuencias del temporal. No volverán, al menos, hasta el miércoles 20 y los profesores están cada vez más hartos.
EducaMadrid es una plataforma tipo Moodle ('software' libre) que aloja distintos tipos de servicios para profesores y alumnos como, por ejemplo, Aula Virtual, donde se suben los contenidos didácticos o tareas. Desde ahí también se puede acceder a Jitsi, un programa para las videoclases, aunque después se ha permitido la aplicación Webex (propiedad de la empresa Cisco) como alternativa. La Comunidad de Madrid, sin embargo, pide que se utilice Webex a través de EducaMadrid pero, si se hace así, los problemas se repiten una y otra vez.
Fuera de esta plataforma no hay alternativa tecnológica para la enseñanza pública. Ni siquiera si se opta por plataformas privadas. Durante las primeras semanas del estado de alarma, en marzo, los docentes utilizaban herramientas de las grandes tecnológicas, como Google Classroom o Teams (Microsoft). La Comunidad de Madrid prohibió su uso para los centros públicos. "La AEPD (...) señala que, en centros educativos públicos, el responsable del tratamiento será, normalmente, la Administración pública correspondiente (...) solo cuando se trata de centros concertados y privados los responsables del tratamiento de los datos serán los propios centros", explicaron entonces. "En la concertada podemos trabajar con otras aplicaciones, que básicamente son Teams de Microsoft y Classroom de Google. Todo el mundo utiliza esas", cuenta un profesor de un instituto concertado de la capital.
En la Consejería de Educación defienden la prudencia en este punto, pues "el uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación en los centros educativos de la Comunidad debe cumplir las políticas de seguridad de la información y de la privacidad de los datos personales". En este sentido, apostillan que están "trabajando para cerrar convenios y acuerdos de colaboración con otras plataformas educativas para adecuar las políticas de seguridad y de privacidad", sin especificar detalles ni plazos.
Cuando apareces en otra clase y colegio
"EducaMadrid es una castaña, básicamente", dice Lucía, que no se llama así pero prefiere utilizar un nombre ficticio para aparecer en este reportaje, por lo que pudiera pasar. Es profesora de los primeros cursos de Primaria en el colegio público de un pequeño pueblo periférico de la Comunidad de Madrid y relata que "el lunes y el martes las instrucciones eran que se enviaran tareas o clases telemáticas, lo que cada uno quisiera".
Para 1º y 2º puso tareas –"estuve una hora intentando mandar un mensaje por chat a un alumno y no había manera"–, pero decidió dar clase para los alumnos de 3º. "El mismo lunes la plataforma petó y tampoco nos podíamos comunicar a través del correo, que es el único medio que tenemos", afirma. "La Consejería nos dijo que podíamos utilizar Webex, pero otros compañeros la usaron y también petó".
Esta profesora tiene claro que "el problema es EducaMadrid, porque no aguanta el peso de todos los centros públicos, está saturada y todas las aplicaciones que partían de ahí iban mal", aunque concede que el funcionamiento "ha ido mejorando a lo largo de la semana porque han reforzado mantenimiento". Ya el martes consiguió dar clase, pero saliendo de Educamadrid y haciendo una reunión en Jitsi de forma externa, y sin que los alumnos metieran sus datos, solo facilitando un enlace. Aun así, "a veces también colapsa, se cierra y hay que empezar de nuevo", y eso que "se conectan muy pocos, entre cinco y diez, por lo que tampoco se llega a dar clase con normalidad".
Sobre las tareas que envía a través de Aula Virtual, sospecha que a muchos no les han llegado, ya que "de 20 alumnos solo dos me han entregado tareas" y cree que es "porque no llega la información adecuada". Tampoco funciona muy allá Raíces, la aplicación con la que se comunican con los padres: "Solo puedo comunicarme con la clase de mi tutoría, pero no tengo forma de hablar con el resto, y es necesario cuando los alumnos son más pequeños". En su caso, ha sido la tormenta perfecta: "En el pueblo en el que trabajo se ha ido la luz dos días, las quitanieves han cortado cables de internet a su paso, así que los niños lo están teniendo aún más difícil".
Otros profesores han vivido situaciones que solo pueden calificarse como surrealistas. Marina –también nombre ficticio– es profesora de Secundaria en una ciudad del sur de la Comunidad y, hace unos días, apareció en una clase que no era la suya. De hecho, tampoco era su centro, ni su localidad, ni el mismo nivel educativo. "El miércoles programé la reunión con mis alumnos, envié el enlace a mi grupo de 4ºB de la ESO y la sorpresa fue ver a alumnos de 4º de Primaria. Estaban flipando, preguntando que quién era y mis alumnos preguntando que qué pasaba. La otra profesora y yo llegamos a una misma conclusión: nos había dejado a las dos usar el mismo nombre de reunión, porque ambas eran 4ºB y por eso yo estaba en una clase de un centro que no sé ni dónde estaba", relata.
"Los problemas con Educamadrid los hemos tenido desde el inicio del confinamiento", indica esta docente, que subraya que "lo que fastidia es la doble moral de unos políticos que salen diciendo que los alumnos van a estar muy bien atendidos mientras que a los profesores lo único que hacen es cargarnos de burocracia y meternos el marrón, porque somos los que damos la cara y los que parece que no hacen su trabajo". "Te duplica el trabajo y te frustras constantemente", lamenta.
No obstante, matiza que es entendible que algo así ocurriera en las primeras semanas de clases telemáticas, pero no que ocurra "a la primera semana que lo usamos masivamente, pasando todo lo que ha pasado, con un verano de por medio". De hecho, no es solo que no se pueda impartir clase mediante videoconferencia, sino que se imposibilita tener una comunicación fluida: "Estamos hablando de subir materiales y que me lleve tres horas. Es básico".
"Es muy preocupante que ni la propia presidenta, y en sus declaraciones así se manifiesta, conociese que desde el lunes hubo clases telemáticas", critica la secretaria de Enseñanza de CCOO, Isabel Galvín, que valora que el desarrollo de las clases "está siendo posible por el enorme esfuerzo e implicación del profesorado". "La ciudadanía debe saber que la Consejería es la responsable de las deficiencias que hay en el sistema, en las plataformas e incluso en el correo electrónico", asegura la sindicalista, que a última hora del miércoles presentó un escrito para que se adoptaran "medidas urgentes para remediar" esta cuestión y "que se garantice el derecho fundamental a la educación de su alumnado".
Con todo, en la Comunidad de Madrid niegan la mayor parte de estas acusaciones. El consejero de Educación, Enrique Ossorio, visitó este jueves las instalaciones del Centro de Proceso de Datos de EducaMadrid, desde donde aseguró que el día anterior "estuvieron conectados 220.000 alumnos de forma simultánea". Según los datos de la propia plataforma, EducaMadrid tiene 1,2 millones de usuarios. A la vez que hizo esas declaraciones, tal y como muchos profesores denunciaban y pudo comprobar este periódico, la plataforma estaba caída: al entrar, solo aparecía su logo y no se podía hacer mucho más. Horas después, Ossorio continuó celebrando en Twitter que EducaMadrid había sido durante esa jornada "la cuarta web de España por número de páginas servidas, solo superada por Google, YouTube y Facebook", alcanzando los 80,1 millones de visitas. De todos modos, cabe hacer una importante diferenciación: una cosa es recibir visitas y otra funcionar correctamente.
En respuesta a Teknautas, la Consejería afirma que "EducaMadrid ha funcionado correctamente la mayor parte del tiempo durante el temporal", reduciendo los fallos a que "tan solo el sistema ha ido un poco más lento de lo normal en algunos momentos puntuales durante el primer día". De hecho, esto lo achacan a que "no se ha utilizado el principal sistema de videoconferencia, denominado Webex, pero una vez se ha avisado a los usuarios el funcionamiento ha sido el correcto". El uso de la plataforma se ha "multiplicado casi por tres", insisten, "y a pesar de todo las incidencias han sido mínimas".
En este sentido, aseguran que han realizado "numerosas mejoras desde que empezó la pandemia", gracias a "un refuerzo generalizado en EducaMadrid que permitió incrementar la capacidad de almacenamiento por cuatro, la capacidad de proceso de datos por tres y la velocidad de transferencia de datos por diez". Estos días, inciden, está llegando un segundo refuerzo de la infraestructura. Para todo ello, cifran la inversión en tareas de mantenimiento en 2.150.000 euros.
17 millones a dedo para ECI y Planeta
Esa inversión contrasta con otras relacionadas con la plataforma. Estos días ha vuelto a saltar a la palestra la adjudicación sin concurso público de un contrato para surtir EducaMadrid de material digital didáctico. El montante era 14,5 millones de euros y los beneficiarios fueron Informática El Corte Inglés y Editorial Planeta, la cual había puesto sus servicios a disposición de la Comunidad de forma gratuita al inicio de la pandemia. Muchos profesores denunciaron que esos contenidos han sido de escasa utilidad, ya que prácticamente nadie los había pedido ni después utilizado. ¿Es así?
En la Consejería eluden aclarar si esta adquisición ha sido fructífera y se limitan a decir que "ha permitido integrar en las aulas virtuales de Educamadrid el currículo digital 'online' de las materias troncales". También dicen que estos "pueden ser utilizados" por todos los alumnos que van desde 5º de Primaria a 2º de Bachiller, pero no dan más cifras. Eso sí, se trata de una cesión de licencia por dos cursos, no de una compra, por lo que habría que desembolsar otra cantidad similar para septiembre de 2022.
¿Por qué se adjudicó sin concurso público, pese a que se adjudicó después de verano? "Se hizo un contrato de emergencia por la situación de la pandemia y crisis sanitaria. Es una tipología de contrato válida en estas circunstancias que permite poner a disposición un servicio necesario en un tiempo concreto y breve. Se invitó a todas las editoriales y se respondió a todas aquellas que contactaron con nosotros", contestan.
David Calle es ingeniero de telecomunicaciones y fundador de la plataforma educativa Unicoos. Desde hace años, es conocido por su labor como profesor en YouTube, gracias a la cual ha acumulado numerosos reconocimientos. "Tenemos soluciones para los profes que son gratis, como videoconferencias, aulas virtuales, generación de exámenes, contenidos, vídeos gratuitos... Y no es por oportunismo, ha sido siempre", indica el también youtuber, que ofreció su ayuda para complementar las carencias de Educamadrid: "Me parece sangrante que en septiembre se gastaran 17 millones para generación de contenidos digitales cuando nosotros y otros muchos ofrecemos contenidos digitales gratis". De hecho, hace años su empresa hizo una oferta similar para la Comunidad de Madrid y el presupuesto estaba en 2 millones de euros.
Por otro lado, Calle afea que se hiciera sin concurso público en lugar de "contactar con empresas madrileñas para que hicieran propuestas": "No hemos tenido oportunidad de optar a ese contrato". ¿Puede una pyme afrontar técnicamente todo lo que supone una plataforma como EducaMadrid? "Con 17 millones de euros aseguro que sí podríamos haber soportado un tráfico así, porque se trata de contratar servidores e infraestructura. De hecho, además de los contenidos que hay gratis, se podrían haber generado 100.000 vídeos, un millón de pdfs y aún tendríamos servidores de sobra para que funcionara", responde este ingeniero, que lamenta que "ha habido inversión de sobra, pero no se ha gestionado adecuadamente, porque con 17 millones no hay EducaMadrid en el mundo que no pueda funcionar".
"Los técnicos y la gente que han trabajado tienen todo mi reconocimiento, porque me consta que han currado horas y horas de madrugada para que funcione", aclara Calle, que sostiene que "lo crispante es que desde marzo sabíamos que esto podía volver a ocurrir por una nueva ola de coronavirus y seguimos igual". Al final, se tiene que acabar poniendo en modo profesor: "Es lo de siempre, nunca se hacen los deberes".