Madrid pasa la gorra
¡¡¡Una pala a los cayetanos!!! Resulta que te domicilias fiscalmente en Madrid para mejorar tus obligaciones fiscales y te dan una pala en régimen de autoservicio. ¡Nunca te lo perdonarán, Filomena!
Javier Aroca
17 de enero de 2021 21:40h
Llevábamos ya días recibiendo noticias a granel de la nevada que iba a caer en Madrid. No había programa que no le dedicara horas y expertos. Una nevada de invierno como la de todos los años en León, Zamora, Soria... sin contar las capitales europeas. Había mucha nieve en la antena; parecía que nevaría en todas partes. No era la primera vez. Hubo un tiempo que en toda España padecimos la obra de peatonalizacion, luego menor, de la Gran Vía, Madrid Central y hasta tuvimos una cabalgata de Reyes con vestidos estrafalarios, su contaminación y, siempre, las cosas de Florentino. Empachados que diría el gran Iñaki Gabilondo, que no Ángel Gabilondo, a dieta rigurosa, a veces intermitente.
Sin embargo, ni la presidenta Isabel Díaz Ayuso ni José Luis Martínez Almeida, alcalde de Madrid, se enteraron, estaban en otras cosas, siendo ahora filomenos ambos a su pesar. Y nevó, mucho, ciertamente, y los madrileños –mis respetos voten lo que voten, disfruten o no con la nieve– sufren las consecuencias y todos. Todos porque el diseño de España está tan mal rebinado que, si se para Madrid, se para España. Es la concentración del centralismo. Ni avión, ni trenes, ni mercancías, ni gestiones. Estamos madrileñados, en manos de cayetanos y filomenos. A nuestro pesar.
Demostrada su ineficacia, la de Díaz Ayuso, ausente, y Almeida, presente, como las consecuencias de la nevada, una semana después no hay señales de inteligencia, la retahíla se repite: la culpa la tiene el Gobierno de España.
Además, Madrid, su alcalde, ha decidido pasar la gorra. 1398 millones de euros nos pide. Ha sido mérito de la Cadena Ser pormenorizar el detalle de la cuestación capitalina al bolsillo de todos. Ninguna otra desgracia natural en España ni fuera generó nunca tamaña petición pero, es más, los servicios públicos capitalinos apenas se han podido criticar por incomparecencia. Unos servicios públicos sistemáticamente dañados por las políticas del PP madrileño en favor de lo privado. Si bajas impuestos y reivindicas Madrid como refugio fiscal –y estos días fecal– pasa esto.
Para que se hagan una idea de lo que pide Almeida, la cifra supone más de la mitad de su deuda, que se sitúa en 2.500 millones. Es decir, que han vivido por encima de sus posibilidades –y mirando por encima del hombro de los demás–, que es lo que suelen remachar en los oídos de los trabajadores. Además, para comparar con otras magnitudes, 1400 millones es más que los mil millones que costaría realizar el paralizado túnel bajo el Guadalquivir para completar la SE-40 en Sevilla.
El ministro de Transporte, Ábalos, vestido de oficial zapador orgánico socialista, está por estas tierras, pero no para hacer el túnel, que dice que es muy caro –los del Guadarrama y Bilbao son otra cosa– sino para rempujar a un lado a Susana Díaz, apoyado en el alcalde de Sevilla. Están todos tan ocupados en sus correrías orgánicas que no se han dado cuenta de que con el dinero del gorroneo de los filomenos se puede hacer el túnel.
El alcalde de Coria del Río, Modesto González, andalucista y decente, uno de los grandes batalladores por el túnel, se estará subiendo por los bancales del Río Grande ante tamaña nueva insensatez y exhibición de arrogancia de los ministros del Reino.
Indiscriminadamente, el alcalde filomeno ha requerido de sus ciudadanos que cojan la pala, un oxímoron en algunos barrios de la capital. Trata a los madrileños como paletos que, por cierto, etimológicamente viene de pala. ¡¡¡Una pala a los cayetanos!!! Resulta que te domicilias fiscalmente en Madrid para mejorar tus obligaciones fiscales y te dan una pala en régimen de autoservicio. ¡Nunca te lo perdonarán, Filomena!
A falta de efectivos propios, bien pagados y tratados, Madrid gorronea al Estado. Moviliza a la UME y otros efectivos del Ejército. Hasta Moreno Bonilla le manda máquinas quitanieves mientras autoriza excepciones a la movilidad para poder ir a esquiar. Una ciudad que presume de rica restando medios a los vaciados de España que sufren estas nevadas cada año, sin tanta queja ni alharaca, ni tanto presumir de ricos y sin gorronear. La buena noticia para los filomenos es que la UME, según su protocolo, también atiende desastres ambientales. No sé cómo lo harán pero la boina de contaminación, otro gorro, que se está formando sobre el bellísimo cielo de Madrid es de antología y no valen las palas, no vuelan. Será lo siguiente. Permanezcan atentos a la pantalla.
Lo normal en una ciudad en la que nieve, y en las que no, es que a un alcalde y una presidenta incapaces, incluso de una comunidad de vecinos, los corran a gorrazos, pero se trata de Madrid. Para los demás, mejor este otro dicho: el de la gorra que corra. Líbranos, señor.