Frente a la realidad
- Ya sé que hoy la actualidad va por otros caminos, pero necesitaba compartir con ustedes esta escena, porque a veces nos perdemos entre tanta actualidad, solo pensamos en lo nuestro, en lo que nos afecta personalmente y nos olvidamos de otras realidades
Àngels Barceló
Madrid
21/01/2021 - 09:31 h. CET
Ahora les hablaremos de la toma de posesión de Biden, de la tercera curva de la pandemia, de los planes de vacunación, de los que se los saltan, de los toques de queda y de las restricciones. Ahora les hablaré de todo esto, pero, si me permiten, me gustaría describirles hoy, a esta hora de la mañana, una imagen que concentra toda la capacidad de sufrimiento de nuestros mayores.
Ya saben que ayer hubo una tremenda explosión en el centro de Madrid, en un edificio colindante a una residencia de ancianos. Sí, esas residencias que han sido tan duramente castigadas por el coronavirus, en las que ha muerto tanta gente que llevaba sobre sus espaldas todo el sufrimiento de su generación. Ayer, de esa residencia afectada por la explosión fueron evacuados todos los ancianos, todos estaban bien, los trasladaron a un hotel que estaba justo enfrente y allí, en el hall aguardaron el tiempo que fue necesario hasta que pudieron ser trasladados a otro centro.
Yo estuve allí con ellos, y les aseguro que su actitud fue ejemplar y conmovedora. Toda la capacidad de resiliencia de esa generación escenificada en un grupo de ancianos que, desubicados aguardaron pacientemente y casi sin entender lo que pasaba. Ni un grito, ni una exigencia, como si tuvieran asumido que son de una época que lo que les toca es sufrir, y están hechos a soportar ese sufrimiento. Ayer los miraba y pensaba: ¿Qué más les puede pasar? ¿A cuánta gente habrán perdido en esta pandemia? ¿Cuánta gente piensa en ellos?
Su silencio era atronador, cargado de paciencia. Fuera, en la calle, el movimiento de bomberos, policía y Samur era incesante. Ellos lo seguían con unos ojos que supongo que han visto tantas cosas que ya poco les asusta. Y no sería justo si no dijera que, a su lado, con su misma paciencia y con todo el cariño que solo pueden mostrar aquellos que saben lo que es su profesión, las trabajadoras de la residencia. No les dejaron ni un momento, con una empatía descomunal.
Ya sé que hoy la actualidad va por otros caminos, pero necesitaba compartir con ustedes esta escena, porque a veces nos perdemos entre tanta actualidad, solo pensamos en lo nuestro, en lo que nos afecta personalmente y nos olvidamos de otras realidades. Yo ayer me encontré de frente con ella y fue la imagen más emocionante que he visto en mucho tiempo.