Madrid cuelga el cartel de se vende
- Una vez más, la derecha, en este caso las dos derechas con el apoyo de la ultraderecha quieren vender el suelo de todos
El pasado mes de diciembre, el Ayuntamiento de Madrid colgó el cartel de SE VENDE sobre el patrimonio público de suelo de nuestra ciudad, incluyendo su venta en los Presupuestos del Área de Desarrollo Urbano para 2021.
Estos, que fueron aprobados con los votos de PP, Cs y Vox, prevén vender 65 parcelas municipales: 27 destinadas a viviendas colectivas y 38 a unifamiliares.
En el caso de las 27 parcelas de viviendas colectivas hay 10 con una edificabilidad superior a los 1.000 m2, por las que se prevén obtener unos ingresos de 15.168.213,09 euros, con una superficie total de 5.756,53 m2, y una edificabilidad de 19.160,46 m2, valoradas en 30.336.426,18 euros, sobre las que se podrían construir 238 viviendas, en los distritos de Arganzuela, Hortaleza, Moncloa-Aravaca, Carabanchel, Puente de Vallecas y Villaverde.
Por otro lado, también en la venta de suelo de vivienda colectiva hay otras 17 parcelas municipales, con una edificabilidad inferior a los 1.000 m2, previendo unos ingresos de 6.052.790,34 euros, con una superficie total de 3.378,07 m2 y una edificabilidad de 8.724,84 m2, valoradas en 12.105.580,69 euros, sobre las que se podrían construir 100 viviendas en los distritos de Arganzuela, Tetuán, Carabanchel, Ciudad Lineal, Puente de Vallecas y Villa de Vallecas.
Tanta es la urgencia por vender el suelo de todos, que sin haberse cumplido un mes desde la aprobación del Presupuesto, el pasado 14 de enero, el Ayuntamiento sacó a concurso la venta de estas últimas parcelas. Y aún nos quedan por ver las 38 parcelas de viviendas unifamiliares que pretenden vender por un importe de 12.738.695,19 euros, con una superficie de 32.752,59 m2, una edificabilidad de 24.731,55 m2 y un valor total de 25.477.390,38 euros en los distritos de Fuencarral, Moncloa-Aravaca, Hortaleza, Vallecas Villa, Vicálvaro, San Blas y Barajas.
Una vez más, la derecha, en este caso las dos derechas con el apoyo de la ultraderecha, cuelgan el cartel de SE VENDE sobre suelo público y una vez más, atacan la vivienda pública, ya que son parcelas destinadas a uso residencial, en un momento en el que la EMVS tiene registradas a 26.000 familias que claman por acceder a una vivienda digna, o cuando el porcentaje de jóvenes de entre 16 y 34 años no emancipado ha aumentado del 58,1% al 65,1%, en la última década.
En este contexto, sacan a la venta suelo sobre el que se podría construir 338 viviendas a través de la EMVS. Todo ello, sin motivación económica alguna, ya que el Ayuntamiento goza de buena salud financiera con unos remanentes de tesorería superiores a los 700 millones de euros.
El patrimonio público de suelo supone no solo una reserva de suelo, sino de recursos económicos muy importantes en manos de los ayuntamientos, con los que estos deben incidir en la realización de una política de vivienda que garantice el derecho al acceso de todos los madrileños a una vivienda digna. Por tanto, debe ser utilizado adecuadamente, como lo que es: un instrumento útil para acercar a los ciudadanos, básicamente a los más desfavorecidos, a un bien como la vivienda.
No consideran el suelo como un bien limitado sobre el que se desarrolla un derecho, sino que lo ven como el Tío Gilito.
En los actuales momentos, el Patrimonio Público de Suelo debe ser un instrumento útil para la realización de una política de vivienda, que garantice el derecho de todos a una vivienda digna, tal y como mandata a los poderes públicos la Constitución. Eso, y no otra cosa, es su cometido en los actuales momentos de crisis económica y social como consecuencia de la pandemia.
Así, carece de sentido vender patrimonio público de suelo del Ayuntamiento, de todos los madrileños, sobre las que se podrían construir más de 300 viviendas protegidas por la EMVS.
El PP, esta vez con Cs al volante, repite el modelo Botella: vendieron 1.800 viviendas de todos los madrileños en las que vivían personas desfavorecidas de nuestra ciudad, amparándose en la crisis. Y ahora, sin crisis, y con la caja bien repleta, no venden vivienda (porque está ya prohibido en los estatutos de la EMVS desde el mandato pasado) pero venden el suelo sobre el que se debe construir esta.
Y todo parte de una premisa: su ideología. No consideran el suelo como un bien limitado sobre el que se desarrolla un derecho, sino que lo ven como el Tío Gilito: un nicho de negocio de los promotores privados.