“Los dos policías se volvieron locos pegando”: hablan la hija y el cuñado del apaleado en Linares
- “Podían haberlo matado”, dicen los familiares sobre el incidente en la ciudad jienense, por el que se ha celebrado este sábado una protesta.
Jorge García Badía
13 febrero, 2021 19:15
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De los 66.700 policías nacionales que prestan un servicio impagable a lo largo de toda España, hoy por hoy, en el Cuerpo Nacional tienen claro dónde tienen dos garbanzos negros: en la Comisaría de Linares. Uno es Manuel, agente de la escala básica, y el otro, José Luis, un subinspector coordinador de servicios.
Estos funcionarios se encuentran en prisión incondiscional tras ser detenidos por propinar este viernes una brutal paliza a un vecino de la ciudad, Carlos, además de agredir a su hija, de 14 años y a su cuñado, Francisco Javier, cuando trataron de auxiliar a su familiar. “Le podían haber quitado la vida”, reflexiona Francisco Javier en conversación con EL ESPAÑOL. “Fue increíble el ensañamiento”.
Francisco Javier no termina de dar crédito a cómo terminó la quedada con su cuñado Carlos en la cafetería La Galería, situada en la céntrica calle Espronceda de Linares. “Nos tomamos un café cortado y yo una copa”. Era un plan distinto para romper este viernes con la dichosa rutina de la pandemia de coronavirus.
Cuando faltaban diez minutos para las seis de la tarde, hora del toque de queda para el cierre de la hostelería, Francisco Javier y Carlos se dispusieron a salir del local charlando animadamente. En la terraza, justo a esa hora, estaban sentados los referidos policías nacionales —de paisano— tomando algo en una mesa en compañía de otras dos personas.
Dos policías nacionales apalean a un hombre y a su hija, menor de edad, en una cafetería de Linares
Jorge García Badía
Los funcionarios han sido detenidos después de que el Ayuntamiento condene la agresión y reclame “contundencia contra una actitud que ensucia” la imagen del Cuerpo.
— Francisco Javier: ¿Qué fue lo que desencadenó semejante paliza?
— Nos disponíamos a salir del local cuando mi cuñado chocó con uno de los policías, el más alto de los dos (el subinspector José Luis). Ese policía le dijo, en plan coña: ‘Ya hemos chocado, ya vas perdiendo 1-0’. Y mi cuñado le respondió de broma: Bueno, ya desempataremos otro día’. Parecía que la cosa iba a quedar ahí por el tono. Entonces, el otro policía que estaba sentado en la terraza (el agente Manuel), le dijo a mi cuñado: ¿Qué pasa es que tienes un problema? ¡Gilipollas!’ Mi cuñado le miró y le dijo: ‘Yo no tengo ningún problema, pero el gilipollas eres tú’. En ese momento, el tal 'Manu' se levantó y se lió a puñetazos. Sólo por eso. Fue un desastre por culpa de cómo iban.
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— ¿En qué estado se encontraban los policías que atacaron a su cuñado?
— Iban borrachos y, además de borrachos, iban más de otras cosas.
Los vídeos que un testigo realizó de la brutal agresión —publicados en exclusiva este viernes por EL ESPAÑOL— evidencian que los funcionarios se encontraban bajo la influencia del alcohol. “Al principio, el policía más alto (el subinspector José Luis) intentó separar y se puso delante de su compañero: lo estaba haciendo bien”, subraya insistentemente Francisco, de 43 años. Es incapaz de procesar cómo acabaron apaleando a su cuñado Carlos, un currante de una fábrica de cepillos recogedores para máquinas de basura y limpieza viaria.
“Mi cuñado tiene una fractura en la nariz, se le acumulan coágulos de sangre y se ahoga al respirar, tiene puntos en la ceja...”, enumera sobre el parte de lesiones que sufre su familiar.
En una de las diversas grabaciones realizadas por los testigos, de seis minutos y siete segundos, se recoge el violento ataque que sufrió Carlos a manos de dos policías nacionales de paisano que salieron de farra porque son muy amigos al compartir mismo turno de trabajo. “Ese ensañamiento no es normal por ir con dos copas de más, ese ensañamiento no es normal por unas copas”.
De hecho, hay un momento de la grabación donde parece que las aguas se han calmado hasta que los dos funcionarios comienzan a agredir a Carlos con una ira desmedida. “Yo me puse a hablar con Manuel, a decirle que se calmara, pero él decía que hasta que mi cuñado no echase sangre no iba a parar. Yo le insistí: ‘¿De verdad que nos vamos a pelear por esto?’ Y Manu me cogía de las manos, trataba de troncharme los dedos hacia atrás, y me decía que me iba a ir detenido”.
— ¿Usted asegura que un policía nacional fuera de servicio y bebido le amenazó con arrestarle por tratar de apaciguar una pelea?
— Me dijo que me iba a ir detenido y que también me iba a pegar a mí. Eso se escucha claramente en los vídeos.
Algunos testigos de la agresión llamaron al 112 reclamando la presencia de patrullas policiales en la calle Espronceda y en ese momento los funcionarios volvieron a arremeter contra Carlos. “Ellos se volvieron locos al escuchar llegar las sirenas y comenzaron a pegarle sin parar a mi cuñado: le dieron puñetazos, patadas y le pisaron la cabeza después de reducirlo como en una intervención policial. Estaba tirado en el suelo, tenía la mirada perdida y le seguían pegando a una persona totalmente indefensa. Viví momentos de mucha impotencia porque no podía hacer nada”.
No habla en vano. En la grabación de seis minutos se observa cómo Francisco Javier trata de auxiliar a su cuñado porque está recibiendo una tunda de golpes, por parte de ambos policías nacionales. "Uno de ellos, el agente 'Manu' hizo varias veces el amago instintivo de llevarse el brazo al costado como si fuese a coger su arma reglamentaria: ¿Si llega a llevarla qué habría pasado?
Pegaron a la hija
En ese momento, en uno de los vídeos, aparece en escena la hija de Carlos, una menor, de 14 años, que había acudido a entregar un paquete por esa zona y que evidentemente al percatarse de la pelea trató de ayudar a su padre.
“A mi sobrina, el subinspector (José Luis) primero la tiró contra la pared, causándole una fisura en el antebrazo y luego le dio un manotazo y un puñetazo en la cara”. Los testigos comenzaron a increpar a los funcionarios, a pedirles que dejasen de pegar a Carlos, incluso algunos se acercaron a la acera donde se estaba produciendo la agresión y empezaron a filmar a los policías con la intención de recoger su identidad que estaba parcialmente oculta tras las máscaras del coronavirus.
“El subinspector de Policía Nacional le tiró un tercio de cerveza a una mujer de un supermercado que estaba grabando lo que pasaba y después de darle en el pecho la muchacha salió corriendo: iba llorando”, denuncia Francisco Javier. “Hasta uno de los que estaban en la terraza con los policías, le dijo al subinspector que estaba loco por haberle hecho eso a la mujer y se fue a por su amigo y le pegó un galletón: si no les llegan a grabar acabamos mi cuñado y yo en el calabozo”.
Expediente disciplinario
El agente de la escala básica, Manuel, y el subinspector coordinador de servicios, José Luis, acabaron la noche del viernes en los calabozos de la Comisaría de Linares. Este sábado han sido trasladados a los juzgados donde les esperaba una muchedumbre iracunda. "Había mucha gente protestando en la puerta hasta que han llegado los antidisturbios con escopetas y han vaciado la calle", detalla a este diario un testigo.
"La mayoría de la gente se ha quedado en la parte peatonal de la calle del juzgado y otros se han ido a un solar del queiban cogiendo cascotes y escombros para tirarlos a la Policía Nacional, mientras les insultaban, les gritaban y no paraban de gritar reclamando que se haga Justicia".
Desde la Policía Nacional avanzan a EL ESPAÑOL que se ha abierto un expediente disciplinario a los dos funcionarios. “La Dirección General de Policía lamenta y muestra su más enérgica condena por los hechos ocurridos y por la actitud de estos dos policías, que no representan el trabajo diario de servicio público de la Policía Nacional”, tal y como ha indicado un portavoz policial.
“La Comisaría Local de Linares y la Comisaría Provincial de Jaén están elaborando el atestado que se enviará al juez y colaborarán al máximo con éste en todas las diligencias que se practiquen para depurar las responsabilidades”. Este viernes por la noche, Francisco Javier, cuñado de la víctima, acudió a la Comisaría de Policía a presentar declaración. “Cuando fuimos a declarar nos trataron de lujo”.
Carlos no ha podido ir todavía a dependencias policiales a formalizar su denuncia porque este sábado tuvo que regresar al Hospital San Agustín.
“Mi cuñado tiene una fisura en la córnea del ojo izquierdo y le han tenido que bajar otra vez a urgencias para hacerle una valoración: esperemos que no pierda visión”, explica apesadumbrado Francisco Javier.
De hecho, tal es la gravedad de las lesiones que el Juzgado de Instrucción número 3 de Linares cuando reciba el atestado que está elaborando la Policía Judicial de Jaén podría elevar la calificación del delito que se investiga, de una agresión grave, a una tentativa de homicidio. Todo ello sin olvidar los golpes que se llevó la hija de la víctima que es menor de edad.
“Estoy mal: mi padre tiene un derrame y le han sacado una fisura interna en el ojo izquierdo, tiene la nariz partida y le han dado cinco puntos en la ceja”, tal y como corroboraba la joven, de 14 años, a la que EL ESPAÑOL entrevistó la pasada madrugada horas después de la paliza que recibió el hombre de su vida. “Yo venía de entregar un paquete, conforme giré la esquina, vi a dos hombres que se estaban pegando, entonces me di cuenta de que uno de ellos era mi padre, lo cogí y traté de llevármelo a casa y uno de los policías fue otra vez a por él”.
Carlos recientemente sufrió un accidente de tráfico que le provocó una lesión en el menisco, de forma que no pudo volver a levantarse del suelo cuando fue reducido por el agente de la escala básica, Manuel, y el subinspector, José Luis. “Se metieron los dos y empezaron a liarse a puñetazos con mi padre en el suelo: yo sólo traté de defenderle cuando vi que se metieron esos hombres. Iban drogados”.
Protesta ciudadana
Una fuente del Ayuntamiento de Linares ha indicado que están "siguiendo el caso y los concejales velarán para que se haga Justicia. El Cuerpo Nacional de Policía no merece ser manchado por salvajes dentro de sus filas que tienen este tipo de comportamientos”.
De hecho, Francisco Javier, el cuñado de la víctima resalta a este diario que cuando acudió a declarar a la Comisaría recibió “el apoyo del jefe provincial. Me dijo que nadie quiere en su trabajo garbanzos negros y por culpa de dos no van a pagar todos los demás agentes”.
En la página Change.org se ha iniciado una campaña que pide la inhabilitación de los policías nacionales implicados en la brutal agresión a un ciudadano de Linares. “Es por esto que pedimos que cesen del cuerpo nacional de policía a estos dos individuos ya que no refleja el ideal de servir proteger y velar por el cumplimiento de la ley y de la ciudadanía”, tal y como reza la iniciativa que en pocas horas suma más de 2.300 firmas.
Esta tarde se celebra una protesta ciudadana frente a la Comisaría de Linares, a partir 20 de las horas. La familia de Carlos ha lanzado este mensaje: “Pedimos a la gente que se manifieste sin violencia”.