Por lo que se ve, el que se ha encargado de los llavines ha estudiado, y al parecer mucho.
Primero, se ponen lo llavines a traición , sin avisar a nadie ni nada, a las bravas de Dios, ahi, con un par.
Segundo, se debe haber hecho con alevosía , porque nadie se ha enterado de nada hasta por la mañana que se ha visto con la grata sorpresa de no poder bajar en el ascensor a los sótanos.
Y tercero, esa gran mente pensante, ha discurrido por todos nosotros, que es mas oportuno que nos desplacemos a saber donde, y nos acreditemos para los putos llavines de los cojones, que a lo mejor había formas mas fáciles de repartirlos y no andar jodiendo al personal.
¡Enhorabuena!