Me temo que en el contrato de calidades especifica:
< < Puerta de entrada de seguridad multipunto con mirilla > >
Hace algún tiempo publiqué este informe para conocer las diferencias entre las distintas puertas de entrada:
Consejo General de la Arquitectura Técnica de España.
Las puertas en los hogares son algo más que un simple elemento decorativo
La elección debe obedecer a las condiciones específicas y a las necesidades de la casa
De exterior o de interior, blindadas, acorazadas, de madera, chapadas, correderas, de fuelle, de vaivén? Todo un complejo mundo de puertas para proteger la casa
Son algo más que un elemento decorativo. La puerta de acceso a la casa es, seguramente por encima de balcones y ventanas, el elemento más decisivo para preservar nuestros bienes de ladrones e intrusos. Menos fundamental, pero desde luego importante es la elección de las características técnicas, de los sistemas de accionamiento y apertura y del material en las puertas interiores, aquellas que preservarán la intimidad de cada una de las habitaciones de nuestro domicilio.
Resulta evidente que en la puerta de entrada debe primar la seguridad por encima de cualquier otra consideración. Esta seguridad está condicionada a una serie de elementos, que de forma aislada proporcionarían una seguridad incompleta, pero que en conjunto, cada uno de ellos con su particular función, nos ofrecerán la tranquilidad de que el acceso a la vivienda de los intrusos será imposible.
Las puertas más demandadas para hacer frente a los intrusos son las de seguridad, las blindadas y las acorazadas. Cada una tiene características y precios diferentes. La más sencilla y económica es la puerta de seguridad, también utilizada en espacios y recintos interiores, teniendo reforzada la materia base ya sea madera, metal o PVC, con perfiles horizontales y verticales resistentes al fuego y gas.
Aparentemente, una puerta de entrada blindada es igual que una de interior, con una hoja colgada de un marco mediante bisagras. Su solidez y una cerradura especial es lo que está a nuestra vista, pero en el interior de la hoja, una chapa de acero por cada cara, de dos centímetros de espesor, forman el blindaje, lo que aumenta su solidez y lógicamente, su peso.
Auténticas blindadas
Una auténtica puerta blindada tiene cuatro centímetros y medio de grosor.
Su apertura con llaves y cerradura tradicionales activa las potentes barras de acero que se introducen en el marco. También existen actualmente en el mercado modelos codificados, que se accionan introduciendo una tarjeta o un código y que, en el caso de pérdida, no hay más que invalidarla e introducir un nuevo código. El bombillo de la llave puede ir en el centro de la puerta o en un lateral, eso no aporta ventajas decisivas. Lo que sí es importante es que el bombillo que acciona el sistema no pueda extraerse fácilmente desde el exterior, ya que los ladrones consiguen mecanizar en poco tiempo una llave que corresponda al bombillo y abra la puerta.
El elemento que diferencia una puerta blindada de otra acorazada es la plancha de acero que se coloca entre la madera, ya que en una puerta acorazada la cantidad de acero es mayor que la que contiene una blindada, por lo que el precio final de la puerta también será más elevado.
La puertas acorazadas se utilizan casi de manera exclusiva para cámaras que contienen objetos de gran valor, o como sistema de protección en museos o salas en las que se celebran eventos especiales. Estas puertas están formadas por tubos de acero y hormigones especiales, así como de diversas aleaciones, y cuentan con los llamados rigidizadores, elementos que se insertan en la superficie de la puerta para mantener la solidez de las chapas de acero colocadas en los planos interior y exterior.
Sobre las chapas de acero se colocan los tableros con la madera que se desee, el más económico es el sapelli, mientras que los más costos son el nogal, roble y caoba.
Es importante, para decidir el modelo de puerta blindada más eficaz, fijarse en su mecanismo de cierre. Será mucho mejor que cierre en los cuatro costados laterales y, sobre todo, en el lado más próximo a la cerradura, que es donde habitualmente los intrusos colocan los gatos o palancas para intentar forzar las puertas. En este lateral conviene que los pestillos de cierre sean múltiples y preferentemente colocados en dos o tres alturas diferentes. Asimismo es importante que las barras o cerrojos se anclen también en la parte superior y en el suelo, bajo la puerta.
Los herrajes de seguridad son también un elemento muy importante. No sólo soportan el peso de la puerta, garantizando que no se deforman bajo presión, si no que también llevan incorporados pequeños pivotes en el borde de la puerta que, al cerrarse, penetrarán en los alojamientos previstos en el marco metálico adosado al cerco, mejorando su fijación y seguridad.
Por último, aunque en la mayoría de los intentos de robo, las puertas blindadas evitan la entrada de intrusos, conviene saber que la mayoría de los forzamientos se producen por presión entre la hoja y el cerco, por lo que la rigidez de éste resulta tan importante como la de la propia puerta.
El éxito de los mecanismos de cierre de las puertas acorazadas radica en que los pestillos suelen ser redondeados y rectangulares, una vez que se cierra la puerta, la cerradura se activa en la parte frontal, inferior, superior y lateral. Como alternativa existe la instalación de una cerradura de combinación, que puede ser mecánica, retardada, electrónica o digital.
Interiores
Para el interior, el mercado nos ofrece un amplio catálogo de materiales, sistemas de accionamiento y sistemas de apertura.
Aunque desde siempre se ha optado por la madera para las puertas de paso, la melamina está empezando a abrirse paso por su aspecto exterior parecido a la madera lacada, su precio más reducido y su resistencia a la acción de agentes externos. La opción más elegante será siempre la madera, y la puerta ganará cuanto más noble sea el árbol del que provenga: nogal, caoba o roble. En el extremo opuesto, el pino oregón y algunas maderas tropicales, como el sapelly, son las más económicas.
Las puertas de calidad han de ser de madera maciza. El precio es alto -aproximadamente el doble de las chapadas- y son fácilmente reconocibles debido a su mayor peso y a no presentar juntas en su perímetro. Suelen fabricarse en cedro, roble, abeto o caoba, pero se debe tener en cuenta que, con los cambios de temperatura muy bruscos, pueden agrietarse si la madera no está perfectamente curada.
Las puertas de madera más económicas son aquellas que presentan un armazón intermedio construido a base de trillaje de fibra de madera o cartón endurecido, que luego es revestido por capas de madera o materiales sintéticos derivados de la trituración de pulpa de madera mezclada con resinas artificiales. Pese a sus menores cualidades mecánicas, estas puertas presentan como única ventaja la estabilidad dimensional, siendo difícil su deformación por cambios de temperatura.
Las chapadas son un modelo intermedio. El cuerpo interior se fabrica en pino u otra madera económica y, posteriormente, se revisten con maderas nobles o de mejor aspecto.
Las puertas pueden colgarse directamente de los cercos empotrados en los tabiques o acoplarse a otros cercos secundarios que están calvados a precercos unidos a los tabiques. Esta segunda opción es más costosa pero garantiza un mejor funcionamiento de la puerta. Facilita los ajustes posteriores y absorbe con mayor facilidad las variaciones de dimensión de la madera por cambios de temperatura o envejecimiento.
A veces, el espacio de la vivienda exige modalidades diferentes. Para ello existen las puertas practicables que pueden convertirse en puertas de vaivén, mediante la disposición de bisagras especiales, que permiten girar a la hoja en ambos sentidos, y disponen en el mismo herraje de un muelle recuperador que tiende a mantener la puerta perpendicular al cerco cuando no es presionada.
Cuando no se dispone de un gran espacio a ambos lados de la puerta, y por lo tanto no se desea reservar el espacio para el giro de la hoja, pueden instalarse las denominadas puertas de fuelle, que permitir su plegado, para lo cual están conformadas por una serie de lamas verticales, unidas en sus bordes por bisagras continuas que se disponen alternativamente en la cara interior o exterior. De esta forma, la puerta puede abrirse con un desplazamiento lineal en el propio plano del cerco. Ello conlleva la ventaja de no ocupar espacio a ambos lados de la puerta, pudiendo disponer libremente de la zona que ocupaba el giro de apertura de la hoja, pero tiene el inconveniente de reducir el espacio libre de paso, por lo que debe preverse un tamaño mayor de puerta, especialmente cuando se coloca en estancias que usualmente requieren el paso de las personas transportando objetos de tamaños diversos, como cocinas, tendederos o despensas.
Una de las soluciones más prácticas si se desea aprovechar el espacio es disponer de puertas correderas, que permiten aprovechar la práctica totalidad del hueco, reduciendo mínimamente el espacio libre de la vivienda.
Estas puertas deben poseer un cerco doble, que incorpora elementos separadores y la guía dispuesta sobre un soporte rígido en la coronación del nudillo, garantizando así el correcto funcionamiento del conjunto. La solución de puertas correderas tiene como inconveniente fundamental la reducción del aislamiento, tanto térmico como acústico, de la habitación, por las holguras que impone el sistema en los bordes perimetrales de las hojas. Pero lo cierto es que esta pérdida se ve compensada por la ostensible mejora de la percepción del espacio, permitiendo separar o unir estancias sucesivas y proporcionando con ello una sensación de profundidad y amplitud a la vivienda.
Las puertas correderas exigen la colocación de carriles de suspensión superiores, que deben anclarse a los tabiques. Los mecanismos de deslizamiento pueden ser centrales o laterales y, en todo caso, deben garantizar que los elementos de cuelgue de la puerta no se salen de sus guías. Si esto llegara a ocurrir, debe ser posible su recolocación sin precisar obras o reparaciones externas.