Leila, ¿te acuerdas cuando el alcalde se empezó a reír y te dijo que no te preocuparas, que ahora iba a ir todo rapidísimo?
¿De qué se reiría el alcalde? ¿Por qué se supone que antes las cosas no iban rápido, y luego sería todo un sprint? ¿Qué ha pasado finalmente con ese rapidísimo? ¡Pues que nos han vuelto a tomar el pelo otra vez!