Yo, por mi parte, meteré caña a mi vendedor, Alfonso, porque ese tipo de cosas hay que decirlas, a mí no se me ocurrió pensar que se pudieran elegir cambios. Aun a día de hoy me sigue pareciendo un tanto surrealista, porque sabiendo como es la gente, se pueden encontrar de todo... desde los que quieren una ducha con jacuzzi, hasta los que quieren que el alicatado sea a rayas...
Al respecto del resto, no creo que haya más "trapis", puesto que una vez terminada la obra, iremos allí y miraremos con lupa todo (calidades, terminaciones, posibles defectos).
Yo en mi caso, me voy a ir con un primo arquitecto, otro que es albañil, en fin...