Nuestro vecino de la plaza 323 si que sabe aprovechar su plaza. Total... el segundo coche solo se mete "un poquito" en el vial común y "apenas" interrumpe la maniobra de los demás, especialmente los que tienen sus plazas enfrente (¡esos bellacos!). Y no es que sea por un ratitto, lleva todo el día ahí. En fin, las ventajas de vivir en comunidad.