Me parece que no lo tienes claro, a caso piensas que ese adelanto de dinero para la urbanización no es parte de lo que vas a pagar por el total de tu piso...
La cooperativa de Fuente el Saz, como tal, no está en venta.
Así se lo aseguró a LA PLAZA José Ignacio de la Macorra, presidente de Estudio de Gestión Prosaz, sociedad gestora de la cooperativa
“Virgen de La Ciguiñuela”.
Según este presidente, una gestora, por definición, no se
puede vender. Lo que puede ocurrir es que un cooperativista
se quiera dar de baja y pretenda enajenar su
opción. “Nuestra cooperativa tiene comprados 65.000
metros cuadrados en el Plan General, principalmente en el
Sector 1, aunque también hay terrenos en los 2 y 3, propiedad indivisa en su conjunto de los 300 socios. Para que se
pudiera vender, tendría que haber la anuencia de los 300
propietarios”, afirma De la Macorra.
En cuanto a la gestión de la cooperativa, De la Macorra
reconoce que un socio de Estudio de Gestión Prosaz,
sociedad independiente contratada por la gestora para
realizar todos los trámites hasta la entrega de llaves de
las casas, quiere vender su participación del 50%.
“Eso no es vender la cooperativa, es vender el 50% de la
empresa gestora”, añade.
Igualmente, este presidente comprende el desánimo de
muchos cooperativistas “tras cinco años de demora en la
aprobación del Plan General”.
“Si la Ley de Murphy puede actuar sobre algún proyecto,
en éste se ha cebado. Primero fue la famosa huella sonora
del aeropuerto que quedó en nada, luego los trámites del
Plan General, etc. Pero que a nadie le quepa duda que este
proyecto va a salir adelante, aunque sólo sea por cabezonería
mía, y que la salida de mi socio no va a afectar a su
desarrollo”, aclara De la Macorra, quien justifica las intención de su socio de salirse de Prosaz ante su deseo de cobrar ya parte de
los emolumentos que debe recibir la gestora por sus servicios.
“Yo, como consejero delegado de Prosaz, me he negado en
rotundo. Hasta que no se apruebe el suelo y empiecen
las tramitaciones no cobraremos un céntimo a los cooperativas”,
y agrega que “todo esto se demuestra en el Informe de Auditoría disponible en nuestras oficinas”.
En cuanto a los posibles riesgos que corren los cooperativistas,
De la Macorra asevera que nunca puede correr
peligro sus inversiones al estar depositadas en un bien
raíz como es el suelo, lo que también impide, como se ha
llegado a decir, que nadie pueda llevarse dinero alguno.
Además, con la aprobación del Plan General, el suelo pasará a ser urbanizable, “lo que reforzará su valor”.
Respecto a la financiación del desarrollo de la cooperativa,
De la Macorra asegura que hay un amplio abanico de posibilidades, aunque será necesario recomercializar la cooperativa, una vez
se apruebe el Plan General para ganar la masa crítica
que se ha perdido, “algo que, sin duda, se conseguirá”.
Sobre los pasos a seguir, una vez que el Plan General esté
aprobado, este presidente señala que no se podrá construir
al día siguiente. “Los pasos son los siguientes: Junta
de compensación con sus correspondientes estatutos;
elaborar el proyecto de reparcelación; diseñar un proyecto
de urbanización; un concurso de obras y elegir, finalmente,
la constructora. Trabajo menos desesperante y que podría prolongarse un año más”.