Mucho ojo con esta gente de Phoenix (Balabac), son unos auténticos sinvergüenzas. Soy de la promoción de Altos de la Alameda, y tras un retraso de 14 meses hemos conseguido escriturar. El retraso desde luego no es casual, sino debido básicamente a su inexperiencia y desconocimiento total sobre la gestión del proyecto. Desde el arquitecto asignado del ayuntamiento, pasando por la propia constructora (Avintia), la registradora de la propiedad del registro núm 48, o la empresa eléctrica (naturgy), en opinión de todos estos no han visto gente tan incompetente a lo largo de su trayectoria.
El trámite para registrar la división horizontal ha requerido un tiempo de 6 meses, cometiendo error tras error, y la registradora rechazando una tras otra sus propuestas; la licencia de primera ocupación la solicitaron en marzo de 2018 y hasta enero de 2019 no ha sido posible que la concedieron debido a enormes meteduras de pata durante la ejecución del proyecto; el trámite para realizar la acometida de electricidad lo iniciaron una vez realizada la primera visita del ayuntamiento para la LPO, con un claro desconocimiento de los procesos y tiempos que dicho trámite implica (se inició en junio y hace una semana naturgy ha conseguido finalmente poder cerrar el expediente). En palabras de los propios trabajadores de avintia, son unos auténticos impresentables que no han estado a la altura en la gestión de todo el proyecto.
Te ponen a un hombre pantalla para rebotar todas nuestras consultas y quejas, D. Peralta, con conocimientos nulos sobre casi cualquier tema, las pocas contestaciones que da son vagas, carentes de sentido y sin el más mínimo conocimiento (cosas tales como llegar a plantear la posibilidad de escriturar sin haber realizado y registrado la división horizontal). Ya para las asambleas tienen reservado a J. Charlen, un crack de la palabrería vaga, mareante y sin sentido.
Nos cambiaron el proyecto a la conveniencia de un local comercial, bajo a saber que tipo de trato oculto, que pese a ser una cooperativa, los socios desconocemos. Para blindarlo, registraron los estatutos de la comunidad con dos años antes de la entrega, en el que favorecen cualquier tipo de actuación por parte del local, limitando nuestro derecho de establecer nuestras propias normas.
No son capaces de asumir las clausulas de su propio contrato, y a pesar de sufrir un retraso de 14 meses, no contemplan el pago de intereses de demora claramente establecidos en el contrato.
Las calidades de la construcción han sido más que dudosas, y pese a disponer de un periodo de 8 meses para solventar las deficiencias que se identificaron en una primera visita, no han resuelto prácticamente ninguna.
En definitiva, para nada recomendables