Estamos de acuerdo.
¿Es posible que se les haya dado alguna orden de que no abran absolutamente a nadie?
Se entiende que al principio, que no conocen a nadie, es normal que no abran a nadie porque no se puede dar el beneficio de la duda a todo el que se acerca a la puerta de entrada (vaya cargado de bolsas o no).
Quizá estábamos acostumbrados a que los conserjes cuando salimos de la urbanización por la mañana, nos abran la puerta y nos digan un buenos días con talante y buena sonrisa.
En nuestra opinión, Alejandro, que es el único que se ha quedado de la anterior empresa, era el menos "majete" de los que había, pero actualmente se ha convertido en el más agradable (como serán los otros).
También coincidimos en que la mayor parte de los días que llegamos por la tarde, no los vemos en su sitio, y a veces los vemos saliendo del cuartito que tienen en la garita fumando y apenas miran quien entra o deja de entrar en la urbanización.
Y efectivamente ... son más bien antipáticos.
Es una pena que se haya tenido que tomar la decisión de cambiar de empresa, pero la nueva no ha empezado muy bien.
Saludos.