Efectivamente.
Yo he pasado a las nueve y media. Y he vuelto a pasar ahora, a ver qué se cocía.
En el primer paseo había un camión cargado con cilindros de hierro para hacer los pilotes y una enorme grúa que los descargaba en la finca. También, en el extremo contrario, el más alejado de la estación, dos turismos con dos señores que paseaban.
En el paseo de las dos sólo quedaban ya los cilindros. El camión, la grúa, los turismos y la gente ya no estaban.
Ya se ve algo, menos mal. Ojalá ahora empiecen a trabajar con la carga que les decía.
De caseta de obras nada de nada. Esa ya llegará.