Os actualizo con lo poco que me he podido enterar, algún enajenado mental, le dio por tirar una botella de cristal el sábado de madrugada, haciéndose mil pedazos en el césped y cayendo cristales a la piscina, así que por esta razón estuvo "clausurada", lástima que no saliera el volando detrás de la botella.
Hoy he recibido una nota informativa, de que otro imbécil del mismo pelo que el de la botella (quizás sea el mismo), no tiene mejor hobbie que orinar en el ascensor, de ahí que desde hace días oliera el Garaje a aseo de estación.
Creo que muchos vecinos estaríamos encantados de que se presentara en "sociedad", al menos, un servidor, y tener una larga charla con él/ella.
"La libertad de uno termina donde empieza la del resto".