Nos han dejado fuera...
¿Cómo ha sido el proceso de entrega de llaves en la gestora de Procovif?
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Ante todo, enhorabuena a los que habéis sido agraciados en esta particular lotería llamada firma/entrega de llaves. Yo no he sido de las afortunadas (y creo que jugaba, como todos).
Todo el proceso que hemos sufrido ha sido (y sigue siendo) desastroso (se me ocurren calificativos mucho peores, pero me los guardo). Una cadena de despropósitos que se inicia con una gestión penosa de la gestora, continúa con la ineptitud (¿o mala fe?) del consejo rector (¿a que tú sí has entrado en este primer lote, osquítar?), y remata con la incompetencia de los funcionarios de Banesto.
La jugada de Procovif ha sido inteligentísima: para los que teníamos ciertas dudas sobre si pagar y cuándo el "impuesto revolucionario" (ya sabéis: ese sobrecoste, dudosamente justificado) nos chantajean con que, o pagamos ya, o nos vamos a septiembre (como los malos estudiantes). Con la ansiedad que nos domina a la mayoría (casi todos queremos mudarnos lo antes posible), pagas, callas, haces de tripas corazón y tragas.
Pero la cosa no termina aquí: luego te topas con el banco. Yo pensaba que, en el negocio bancario, a la entidad le interesa recuperar cuanto antes su inversión. Pues me equivoqué: después de decenas de llamadas (por supuesto, la mayoría de las veces o no te cogen el teléfono o salta el contestador), te vas a la oficina, les dices que quieres cancelar la hipoteca, les ofreces el cheque con su dinero, te dicen en principio que sí estás en esa primera lista. Te haces ilusiones, y, algo mosqueada después de los últimos mensajes aparecidos en este foro, vuelves a llamar a Procovif para preguntar y te dicen que...¡¡¡NO APARECES EN LA LISTA QUE LES HA ENVIADO EL BANCO!!! Intentas llamar al banco para pedir alguna explicación (más de 30 llamadas esta mañana), pero no se dignan a cogerte el teléfono. (Les dejas mensaje en el contestador, y sigues esperado....).
Y luego está el consejo rector. Entre otras "menudencias", ya nos habían dejado sin instalar, arbitrariamente, los electrodomésticos (porque alguien debió de pensar que ciertos portales no éramos dignos de tal lujo). Eso sin dejar de mencionar su total mutismo a lo largo de estos últimos meses. Supongo estos señores serán vecinos nuestros. Cuando me cruce con ellos (si alguna vez nos entregan los pisos) intentaré no mirarlos siquiera. Para ellos mi total desprecio. ¿Os habéis parado a pensar que habéis jugado (y estais jugando) con las ilusiones y sentimientos de mucha gente?
Y ahora, ¿con qué me encuentro? Con mis hijos matriculados para el curso siguiente en una guardería de la zona (nos habían dicho que en mayo tendríamos los pisos, ¿recordáis?). ¿Qué hago yo ahora? ¿Anulo esas matrículas? ¿O bien me paso la mitad del día llevando y trayendo a las criaturas, cruzando Madrid de costa a costa?
En fín, a ver si para final de año hay suerte. (Por cierto, una sugerencia a los señores de la rectora: si os dignáis a convocar alguna vez la OBLIGATORIA asamblea de socios, ya podéis llevar, para intimidarnos más, muchos más guardias de seguridad -que tengan cara de muy malas pulgas- de los que lleváis habitualmente). Una desesperada.